AUTENTICIDAD DE LAS CONVERSACIONES DE SOBREMESA (TISCHGESPRÄCHE) (IV)

lunes, marzo 04, 2019
AUTENTICIDAD DE LAS CONVERSACIONES DE SOBREMESA (TISCHGESPRÄCHE) DE HITLER (4). RAMÓN BAU, HENRY PICKER Y LA LEALTAD DE BORMANN

“El Führer ante el busto del filósofo alemán cuyas ideas han fertilizado en dos grandes movimientos populares: el nacional socialismo de Alemania y el movimiento fascista de Italia”.

Visita de Hitler al Archivo Nietzsche en 1934. Se observa al Führer dirigiendo su mirada contemplativa al filósofo del superhombre. El pie de foto es de la época y, por tanto, autorizado por el partido. Se reconoce el papel decisivo de Nietzsche en el surgimiento del fascismo y del nacionalsocialismo. Recordemos que Hitler regalará unas Obras Completas de Nietzsche a Benito Mussolini. Sin embargo, se pretende que Hitler desconocía a Nietzsche. ¿Cómo es posible que las ideas del filósofo fertilizaran el nacional-socialismo si su máximo dirigente las desconocía? Así las cosas, Nietzsche había expresado unas ideas fuertemente anti-cristianas, hasta considerar que el cristianismo era una desgracia para la humanidad, concepto que Hitler formulará luego en sus Tischgespräche (Conversaciones de Sobremesa) de forma literal. Hitler, para ser más exactos, entendía que el cristianismo era en sus orígenes judaísmo puro y algo así como el bolchevismo de la Antigüedad. Sólo salva el Führer la figura de Jesús, pero en base a una especulación -Jesús no sería judío, sino hijo natural de un legionario romano- sin fundamento histórico alguno y completamente refutada por los especialistas.

EL «ARGUMENTO-BORMANN»

Con la presente entrada damos continuidad a uno de los temas que nos ha estado ocupando en este blog, a saber, el de la «filosofía» de Adolf Hitler. Partimos del supuesto metodológico de que una cosa es lo que Hitler propugnó en público con fines políticos y electorales, y otra sus opiniones personales, su visión del mundo y, por tanto, los objetivos del nacionalsocialismo a largo plazo.

Nuestra hipótesis de trabajo es que Hitler era un nietzscheano, pero buena parte de los dirigentes altos y medios del movimiento NS eran wagnerianos. Cuando digo wagnerianos me refiero a la ideología wagneriana, no a los méritos artísticos de Wagner, que todos admiramos y compartimos. El wagnerianismo doctrinal, como sabemos, es cristiano y la ruptura entre Wagner y Nietzsche se produce, entre otros, por este motivo.

El fascismo nace en Italia como una síntesis entre el marxismo y la filosofía de Nietzsche. Una herejía marxista (Sorel) que excluye de antemano el cristianismo y surge explícitamente en el ámbito de la izquierda revolucionaria leninista (Benito Mussolini). Pero en Alemania las cosas son distintas. Incluso el ala más izquierdista del nacionalsocialismo es cristiana. Hitler tiene ante sí un público y unos colaboradores casi íntegramente cristianos. A lo sumo, puede hablarse de antisemitas cristianos neotestamentarios, principalmente luteranos pero también católicos como Goebbels. El Wagner ideológico ostenta en este país un peso que no se detecta en el fascismo italiano. Con lo cual Hitler se encuentra bastante solo en este punto y prefiere no hacer públicas sus opiniones al respecto, a saber, que Wagner vale como artista, pero Nietzsche es el filósofo.

Un dato a tener muy en cuenta al respecto es que Hitler seleccionara como hombre de confianza a Martin Bormann sabiendo que era un furibundo anticristiano. Bormann, según he sabido por fuentes autorizadas, fue amonestado cuando intentó retirar los crucifijos de las escuelas alemanas. Este hecho enorme lo señalaba ante Hitler como un nietzscheano «puro», sin trazas de cristianismo y enemigo radical de esta religión judaica.

Ahora bien, Hitler debe seleccionar un «hombre de confianza» entre los muchos a su disposición y ¿a quién elige? No a un wagneriano cristiano, sino al nietzscheano más radical. La sugerencia de que Bormann fue valorado por su laboriosidad y capacidad no parece muy sólida, porque hombres capaces debía haberlos a montones en el entorno de Hitler. Además de capaz y eficaz, el escogido debía ser «de confianza» y esta virtud no se confunde con la capacidad. El cargo «de confianza» entraña algo más, a saber, una presunción de lealtad. La confianza implica, precisamente, que Hitler se podía sincerar con Bormann: ¿por qué? Porque Bormann pensaba como el propio Führer en materia cosmovisional y fue, como él mismo, un anticristiano radical.

Ramón Bau ha publicado al respecto su opinión. La reproduzco íntegramente:

Fuente: http://elcadenazo.com/index.php/conversaciones-de-sobremesa/

El mismo texto se encuentra aquí:

http://weltanschauungns.blogspot.com/2015/01/los-textos-de-hitler.html

Hace tiempo que observo un interés de algunos camaradas por los textos presuntamente recogidos por Bormann de las conversaciones de Hitler durante sus sobremesas.
Estos textos tienen sin duda cierto interés pero con serios problemas que los hacen muy peligrosos para tenerlos en cuenta sin precauciones.
Pasaremos por alto el tema de si los documentos han sido o no deformados o cambiados por el enemigo, dado que estuvieron muchos años en su poder antes de ponerlos en público.
Incluso podemos suponer, que ya es mucho suponer, que Bormann no falsificara lo que se dijo, lo pudo hacer pero no es muy creíble dado que Hitler podía pedirle en cualquier momento una parte de las notas que se tomaban y comprobar su veracidad.
Pero lo que hace especialmente inválidas estas notas es que no son una reproducción de toda las conversaciones sino un resumen que Bormann hace de ellas. Por tanto pudo seleccionar trozos, ciertos pero cortados allí donde quiso, de forma que Hitler podía seguidamente o antes haber comentado ese tema en un entorno distinto, con matizaciones diferentes o incluso con añadidos que cambiarán realmente el sentido de la opinión.
Dada la tendencia de Bormann a un anticristianismo radical, y a unas ideas muy especiales en algunos temas, considero estas notas como algo poco fiable aunque no dejan de ser interesantes de conocer, con suma prevención, y como mera referencia.

Paso a comentar el boleto de Bau.

Las Tischgespräche han sido convalidadas por David Irving, en consecuencia, la idea de que el documento es una falsificación, sin más, no se sostiene. El propio Bau la descarta. La carga de la prueba recae en todo caso sobre quien acusa. Irving es un experto reconocido en autentificación de documentos y, además, un historiador revisionista. Su peritaje es más que suficiente para el caso, cuando no hay contradictores que sostengan la falsificación. Ya hemos demostrado esto en otra entrada y no vamos a volver sobre el tema.

Sin embargo, la autenticidad del documento no implica que Bormann fuera fiel a las declaraciones de Hitler cuando lo redactó.

Examinemos esta objeción. Es la única crítica seria que he recibido hasta ahora respecto a la validez y carácter ideológicamente vinculante de los textos en cuestión. Bormann no era de fiar porque era anticristiano y podía manipular los textos. No obstante, Hitler lo había elegido como hombre de confianza sabiendo que era anticristiano radical. El argumento se vuelve en contra de quienes lo sostienen. Resulta mucho más lógico pensar que, siendo muy anticristianas sus declaraciones, el Führer hubiera temido justamente su falsificación si nombraba a un cristiano como «hombre de confianza». Hitler «no confiaba», por buenos motivos, en un cristiano, es decir, en alguien que cree en un dios judío. Un cristiano no podía ser de la confianza de Hitler, mucho menos como depositario de su «filosofía» y, por ese mismo motivo, eligió al anticristiano Bormann. ¿Cómo confiarle, en efecto, a un cristiano, que el cristianismo constituye la mayor desgracia de la humanidad y pensaba erradicarlo de Alemania tan pronto cuan terminara la campaña de Rusia? ¿Qué cristiano aceptaría eso sin convertirse automáticamente en enemigo político de Hitler?

Recordemos, por otra parte, que una copia de las transcripciones hechas por Bormann era depositada en un domicilio privado del propio Bormann, pero otra iba a los archivos del partido. Bau reconoce que su falsificación era harto arriesgada para Bormann, porque Hitler, en cualquier momento, podía haber reclamado el documento para examinar su exactitud y fidelidad a las ideas expuestas. ¿Podía arriesgarse Bormann a semejante traición, que hubiera supuesto la pérdida de confianza de su jefe y, en definitiva, la defenestración?

LA VERSIÓN DE LAS CONVERSACIONES QUE NO PASÓ POR LAS MANOS DE BORMANN

El siguiente argumento de Bau es que Bormann no falsificaba, pero sí seleccionaba las declaraciones. O sea que puede haber omitido manifestaciones del Führer que maticen las transcritas. Luego las transcritas son ciertas. Me pregunto, empero, en qué sentido pueden «matizarse» afirmaciones como que el cristianismo es la mayor desgracia de la humanidad o que será erradicado de Alemania después de la guerra. Por supuesto, cabría añadir atenuantes, pero son afirmaciones demasiado contundentes como para que la matización implique un cambio sustancial de valoración global del fenómeno sin incurrir en flagrante contradicción. Con eso tendríamos a un Hitler dubitativo, que considera al cristianismo, como poco, algo muy negativo pero no quiere erradicarlo en vida, por ejemplo. O cosas por el estilo. Pero no hay vuelta atrás en cuanto a concebir el cristianismo como una lacra. ¿Y qué se hace con las lacras? Se acaba con ellas, ya sea tras derrotar a Rusia, ya un siglo más tarde.

La solución que propone Bau tampoco parece, pues, consistente. Concluye Bau que los textos no son falsos en ningún sentido, han de ser tenidos en cuenta, pero «con suma prevención y como mera referencia». ¿Qué significa esto? Los textos son auténticos o no lo son. Si lo son, entonces no veo en qué consiste la «prevención» y cómo relativizarlos. Que no se puede acreditar su falsedad pero hay que hacer oídos sordos, en términos ideológicos y políticos, a lo que se lee en esos documentos, es el único sentido que puedo darle a la frase «como mera referencia».

Así pues, Bau niega que Bormann haya falsificado los documentos. Las sentencias de Hitler que hemos transcrito en este blog son admitidas por Bau como efectivamente realizadas por el Führer. Sólo que, dice Bau, faltarían cosas. ¿En qué se basa Bau para sostener esta pretensión? Pues… en nada. Estamos ante una pura suposición sin fundamento que permite, empero, desautorizar políticamente las devastadoras afirmaciones de Hitler. Por si fuera poco, existe una versión a la lengua alemana del texto taquigráfico de Heim que no pasó por las manos de Bormann, a saber, la de Henry Picker. Nosotros hemos cotejado las dos versiones y cabe afirmar, concluyentemente, que no existen diferencias de fondo relevantes en lo que respecta al tema de la valoración del cristianismo como un hecho nefasto. En vano buscara el lector atenuantes o fragmentos no trascritos por Bormann que avalen la hipótesis de Bau sobre una amputación deformante de las manifestaciones de Hitler. El cristianismo, en el texto de Picker, sigue siendo considerado una lacra y, por tanto, Picker, aunque el uno redacte en estilo indirecto y el otro en estilo directo con diferencias sintácticas de formulación gramatical, coincidiría con Bormann en los brutales ataques de Hitler a esta religión.

Continuaremos con la polémica referida las versiones Picker/Bormann, sobre las cuales hay todavía algunas cosas que añadir.

Jaume Farrerons
Figueres, la Marca Hispánica, 4 de marzo de 2018

Otras entradas sobre el mismo tema:

DOCUMENTOS ANEXOS

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2017/09/consecuencias-de-las-tischgesprache.html

https://nacional-revolucionario.blogspot.com/2017/09/autenticidad-de-las-conversaciones-de.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/09/david-irving-convalida-las.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/consecuencias-de-las-tischgesprache.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/la-autenticidad-de-las-conversaciones.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/adolf-hitler-sobre-el-cristianismo-2-el.html

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/adolf-hitler-sobre-el-cristianismo-la.html

Publicado por ENSPO en 8:47 a. m.

AUTENTICIDAD DE LAS «CONVERSACIONES DE SOBREMESA»

jueves, agosto 10, 2017
AUTENTICIDAD DE LAS «CONVERSACIONES DE SOBREMESA» (TISCHGESPRÄCHE, BORMANN-VERMERKE O MONOLOGUE) DE ADOLF HITLER (1)

Portada de la fuente original del texto enlazado.

AUTENTICIDAD DE LAS BORMANN-VERMERKE O TISCHGESPRÄCHE. Se terminaron las gazmoñerías meapilas relativas al cristianismo del Führer. Hitler, al igual que Mussolini, eran filosóficamente nietzscheanos. Nietzsche es, a su vez, el autor de «El Anticristo», mi libro de cabecera (por eso padezco insomnio). El fascismo se constituye en Sorel y Mussolini como crítica nietzscheana del marxismo, del cual conserva los elementos revolucionarios pero sobre unas bases axiológicas no ya «paganas» o no judeo-cristianas, sino expresamente anticristianas. Las concesiones de los dos dictadores a las iglesias católica y protestante o a unas masas alemanas cristianizadas por muchos siglos de lavado de cerebro clerical fueron puramente estratégicas, electoralistas y circunstanciales. La política es así. Pero en la actualidad ya no hay lugar para el autoengaño, menos todavía entre quienes se reclaman nacional-socialistas y fascistas. ¡Tengan al menos el valor y la honestidad de reconocer la verdad sobre la «filosofía» de Hitler!

Jaume Farrerons
La Marca Hispánica, 10 de agosto de 2017

Portada de la versión de Picker.
Texto de las «Las conversaciones privadas de Hitler»: http://www.academia.edu/6974957/Las_Conversaciones_Privadas_De_Hitler_-_Adolf_Hitler

[Nota: ignoro si está completo porque yo me baso en mi propio ejemplar en papel. JF]

Texto del Prefacio a la obra:

Este libro fue publicado por vez primera en 1953 y desde entonces constituye la única presentación completa y consecutiva de un importantedocumento histórico: las llamadas Bormann-Vermerke, el registro oficial de las «conversaciones de sobremesa» que Hitler pronunció en el momento culminante de su éxito, durante el primer año de su guerra de agresión contra Rusia, cuando con la victoria total a la vista el Führer se prometía larealización de los ambiciosos planes que había anunciado en Mein Kampf dieciséis años atrás. En aquella primera edición incluí mi ensayo «la mente de Adolf Hitler» —también reproducido aquí—, en el que exponía el contexto histórico y repasaba los contenidos del documento. Ahora en este prefacioinformaré sobre el propio documento y sobre la curiosa historia de su publicación —o de su no publicación— durante los últimos cincuenta años.

Como explicaba en aquel ensayo, los textos aquí reunidos fueron compilados a iniciativa y por orden de Martin Bormann, jefe de la Cancillería del partido y desde mayo de 1941 secretario del Führer en sustitución de Rudolf Hess, por entonces preso en Inglaterra. Del mismo modo que en 1924-1925 Hess había recogido de labios de Hitler su filosofía y su programa para exponerlos en Mein Kampf
durante el período en que ambos estuvieron encarcelados en la fortaleza de Landsberg, Baviera, así el sucesor de Hess, también aislado con el Führer en el Führerhauptquartier fortificado de Prusia Oriental o deUcrania, se cuidaría ahora de que la conclusión triunfante de aquella obra y la puesta en práctica de aquella filosofía fueran recogidas para guía de la posteridad. Se encargaría del registro, con tanta exactitud como fuera posible, un experimentado funcionario del partido perteneciente al equipo personal de Bormann, Heinrich Heim, abogado con la categoría de Ministerialrat.

Heim dio inicio a su registro el 5 de julio de 1941 y lo continuó regularmente durante más de ocho meses; pero a mediados de marzo de 1942 le requirieron otras obligaciones, y en los cuatro meses siguientes la función de registrador de las conversaciones de sobremesa, o «conversaciones privadas», fueron asignadas a un sustituto, el doctor Henry Picker. Heim volvió a su puesto el 1 de agosto de 1942, pero no siguió mucho tiempo en el cargo, pues en septiembre del mismo año —en las circunstancias que describo en mi ensayo— el propio registro se suspendió. Tanto Heim como Picker eran miembros destacados del partido que conocían personalmente a Hitler y en quienes éste confiaba plenamente. Y el registro, sin duda, se hizo de modo concienzudo. Los textos definitivos, esto es, los aprobados por Bormann, se enviaban a continuación a su esposa, a Obersalzberg, en donde los Bormann tenían una residenciaoficial en el complejo allí construido para el Führer. Una segunda copia se enviaba a los archivos del partido en Múnich.

El primero de estos testimonios desapareció hacia el final de la guerra, cuando el fuego destruyó el
Führerbau de Múnich. Posteriormente, el 25 de abril de 1945, la copia restante se libró por poco de seguir el mismo destino al destruir un ataque aéreo aliado gran parte del complejo del Obersalzberg. Fue la señora Bormann quien se la llevó consigo a un lugar seguro en el Tirol meridional —antes austriaco y ahora italiano—. Más tarde, estando enferma terminal de cáncer, entregó esa primera copia al Gauleiter de Tirol, de donde finalmente pasó, por compra, a manos de un emprendedor ciudadano suizo: FrançoisGenoud.

Portada de la edición castellana del Genoud.
François Genoud era una persona esquiva y algo misteriosa, que desde que a los 16 años oyera hablar a Hitler en una ocasión en Friburgo de Brisgrovia, y hasta su muerte —por suicidio— en 1998, dedicó al líder una devoción inquebrantable. Tras la caída del Tercer Reich, uno de sus principales objetivos fue la salvaguarda de los textos de la elite nazi y la compra de los posibles derechos de autor. Con ello, al tiempo que aliviaba la repentina pobrezade sus propietarios adquiría para sí un activo potencialmente vendible. El único registro oficial de las Bormann-Vermerke [«conversaciones de sobremesa»], con los derechos de Hitler y Bormann devengados para sí, era el objeto más preciado de su colección. Tan sólo cabía esperar a que llegara su oportunidad.

Desgraciadamente para él —pero para beneficio de los historiadores— Genoud no había contado con el doctor Picker. Secretamente, en los cuatromeses en que sustituyó a Heim como registrador de las conversaciones de sobremesa del Führer, el doctor Picker había hecho una copia personal de este registro y de otros de Heim a los que tuvo acceso. En 1951, adelantándose al señor Genoud, publicó en Alemania un volumen titulado Hitlers Tischgespräche. Lo conformaban importantes pasajes de su copia particular ordenados no de manera consecutiva o cronológica, sino bajo encabezamientos generales: asuntos exteriores, guerra, propaganda, religión, mujer, etc. En realidad se trataba de una especie de antología de la sabiduría universal del Führer semejante, según él mismo, al relato de Eckermann de las conversaciones de Goethe. Confiado en los supuestos derechos adquiridos, el señor Genoud demandó al doctor Picker ante un tribunal alemán, pero éste falló en su contra. Como consecuencia, el señor Genoud adoptó la decisión de no exponer a otros predadores su texto alemán (que, al ser completo, resultaba desde luego mucho más importante que el de Picker) y sacar una traducción francesa con la que fundamentar sus derechos de autor en el extranjero. Así surgió en París en 1952 el primer tomo de su traducción Adolf Hitler: Libres propos sur la guerre et la paix. El doctor Picker procuró impedir esta publicación ante los tribunales franceses, sin conseguirlo. Mientras el doctor Picker, con la mitad furtiva pero protegida de su texto, y el señor Genoud, con el texto alemán original completo comprado pero desprotegido, pleiteaban en los tribunales, yo llamé al señor Genoud a Lausana y le sugerí que permitiera la publicación de una traducción inglesa con la que fundamentar también derechos de autor en inglés. Asintió de buen grado, y también lo hizo el señor George Weidenfeld, a quien recomendé el proyecto.Tal fue el origen de la primera edición de este libro.

Para los historiadores alemanes, deseosos de leer el texto original completo, fue frustrante tener que confiar en una traducción a otro idioma o recurrir a la antología del doctor Picker, devota y parcial. Pero entre el señor Genoud, que negaba resueltamente todo acceso a lo que sus competidores llamaban su «botín», y el doctor Picker, que defendía tenazmente su monopolio legalizado, resultaba imposible cualquier cotejo de los textos. El único camino era la competición, no la colaboración. En 1964 dos distinguidos historiadores alemanes, Percy Schramm y Andreas Hillgruber, lograron que el doctor Picker se rindiera y sacaron una edición en la que sus materiales eran ampliados con treintaiséis entradas tranquilamente extraídas del registro del Ministerialrat Heim, con comentarios eruditos y con algún otro material ajeno. Mientras tanto, otros estudiosos y editores aumentaron la presión sobre el señor Genoud. La negociación resultó muy laboriosa («sumamente fatigosa», según me dijo uno de ellos en 1968), pero finalmente el señor Genoud se rindió, con bastante cautela, al editor de Hamburgo Albrecht Knaus, quien publicó en 1980 el texto alemán de las Bormann-Vermerke bajo el título de Adolf Hitler: Monologe im Führerhauptquartier. Tal es —en la medida en que puede serlo— el original alemán del presente libro.

Y digo «en la medida en que puede serlo» porque en el texto alemán publicado hay una omisión importante. Entre el 12 de marzo y el 1 de septiembrede 1942 —esto es, el período en que Heim estaba ausente y Picker actuó como sustituto- las Bormann-Vermerke contienen cien entradas. Ninguna de ellas figura en el Monologue: una última victoria del doctor Picker, Eckermann inexorable.

[A pesar de esta afirmación del autor del Prefacio, en mi edición en papel sí aparecen las entradas de las fechas mencionadas. JF]

La guerra de los treinta años librada en Alemania entre el doctor Picker y el señor Genoud por el texto de las conversaciones de sobremesa de Hitler, los litigios, las jugarretas de sus protagonistas y las diestras puñaladas académicas de las notas editoriales a pie de página podrán irritar o divertir a los lectores alemanes, pero los demás lectores probablemente encuentren en esta edición compacta y completa todo lo que buscan, por lo que me alegro de que este libro vuelva a imprimirse. Sin duda es una lectura necesaria para quienes estudien el nazismo y la segunda guerra mundial. En cuanto a mi propio ensayo, «La mente de Adolf Hitler», sólo pediré al lector que recuerde que fue una obra pionera, escrita en 1952. En algunos pasajes necesitaríamodificaciones; aunque sin desestimarla, actualmente no aprobaría tan a la ligera la autoridad de Hermann Rauschning, mellada por Wolfgang Hanel. [1]

Es posible que Rauschning cayera a veces en tentaciones periodísticas, pero tuvo ocasión de recoger las conversaciones de Hitler, y el tono general con que las registró anticipa manifestaciones posteriores con demasiada exactitud como para ser rechazadas como supercherías. No pueden rechazarse en igual medida que el libro de Josef Greiner, que cito de pasada pero que actualmente está desacreditado como fuente sobre la vida de Hitler en Viena. Hechas estas salvedades, me alegra que el ensayo vuelva a publicarse tal como apareció en 1953. Si sigue mereciendo la pena su reimpresión, podrá sobrellevar su fechaa modo de testimonio.

HUGH TREVOR-ROPER

Publicado por ENSPO en 2:29 p. m.
2 comentarios:

Anónimo dijo…
Está claro que en el caso de Hitler su postura frente al cristianismo estaba influenciada por la obra de nietzsche, «El anticristo», esto creo que no se puede cuestionar, es cierto, otra cosa es que estuviera más o menos acertado en sus análisis sobre el tema, aquí es donde puede haber divergencias.
Referente a la influencia soreliana en Mussolini se produjo sobre todo en su época de socialista revolucionario, el sindicalismo revolucionario y la táctica dela «huelga general» no sólo influyó en el «Duce» también en Lenin y en algunas corrientes del sindicalismo anarquista.
George Sorel, ¿Prefascismo o revisión del marxismo?.

4:23 p. m.
ENSPO dijo…
Aquí no discutimos si las opiniones de Hitler eran o no acertadas. Lo que nos interesa es averiguar qué pensaba realmente el Führer tras la cortina de la propaganda política.

Respecto a Sorel, ya hemos dicho cuál es nuestra opinión: revisión del marxismo y prefascismo significan en él la misma cosa. Mussolini pasa del marxismo ortodoxo al fascismo y estamos ante un proceso intelectual, no ante un acto de simple oportunismo. Pero los elementos básicos del marxismo, depurados de la herencia judeo-cristiana todavía residual en Marx, dan como resultado, desde el punto de vista estrictamente ideológico, el fascismo.

1:52 p. m.
FUENTE:
http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2017/08/la-autenticidad-de-las-conversaciones.html

7 nov 2015: DIA DE LA SANGRE

unnamedI DÍA DE LA SANGRE
-Sábado, 7 de noviembre de 2015, Madrid-

10:30 – Apertura de puertas

11:00 – Bienvenida

11:15 – Conferencia “Por deber me quedo”, a cargo de Jesús Lorente.

Esta conferencia versará sobre las últimas batallas más encarnizadas en la defensa de Berlín, describiendo algunos de sus episodios más importantes, como los del búnker del zoo y el búnker de la Cancillería del Reich en Berlin.

12:30 – Conferencia “El nacionalsocialismo, ese gran desconocido”, a cargo de Ramón Bau.

El nacionalsocialismo es totalmente desconocido, no solo para el público en general sino para nuestros propios medios de alternativa. Y lo peor es que tanto la gente como muchos simpatizantes creen que lo conocen, con lo cual ni siquiera son conscientes de que no es así.

17:00 – Conferencia “9 de Noviembre: Empieza la revolución NS”, a cargo de Javier Nicolás.

Han pasado más de 90 años desde aquel 9 de noviembre de 1923, origen de muchos de los arquetipos que marcarían la revolución NS en Alemania: la confección del “Mi Lucha”, la creación del nuevo NSDAP, los primeros mártires del movimiento y el fortalecimiento del Führer.

18:00 – Presentación de la nueva campaña de Ayuda Parda.

18:30 – Conferencia “La lucha editorial”, a cargo de José García Hispán.

19:30 – Clausura.

Entrada: 5€
-Puntualidad, seriedad y corrección al vestir-
(Acto privado, acceso solo mediante invitación personal.
Para asistir póngase en contacto con la dirección de la Asociación: info@devenireuropeo.com)

129) Carta a un amigo. Sobre el estado de la cuestión

MIÉRCOLES, 20 DE MAYO DE 2015
129) Carta a un amigo. Sobre el estado de la cuestión
Manu Rodríguez. Desde Europa (20/05/15).

*Querido C., hace falta dinero, es cierto, mucho dinero para lanzar una contra-ofensiva informativa que pueda hacer frente y neutralizar a esa inmensa propaganda de guerra con la que nos atiborran cada día desde los medios de comunicación. No sólo los medios, también el cine, la literatura, las series de tv, el ocio… No se puede competir económicamente con el poder sionista. Apenas hay día que no tengamos noticias difamatorias sobre el nazismo en general, o que no nos emitan documentales ‘históricos’ que no pueden ser calificados más que de indecentes, deshonestos, perversos, falsos, contrarios a la verdad histórica… También, como digo, tenemos las miles de películas, las miles de novelas, los miles de libros ‘especializados’ (ensayos, historia, biografías…) que se complacen en ensañarse con el nacionalsocialismo.
Son notorios los documentales históricos manipulados, auténticas muestras de la técnica del montaje. Y todo esto sucede setenta años después de finalizar la IIGM. No paran, no cesan. Pero el corazón del nacionalsocialismo sigue imbatido. “Podrán derribar nuestros muros, pero no conseguirán derribar nuestros corazones”, decía una pancarta en Berlín tras uno de aquellos furiosos y criminales bombardeos. Y esto lo saben los sionistas, y es por esto que no cesan de bombardear nuestros cerebros y nuestros corazones con sus mentiras y sus difamaciones. Siempre que quede un reducto de resistencia imbatible, no podemos dar esta guerra por perdida. Debemos resistir, resistir, y resistir.
Estamos ante un gran poder económico y una astuta y persistente estrategia de propaganda que abarca a todos los sectores de la población, a todas las edades. Dominan e imponen su ‘historia’ en nuestras calles, en nuestros medios de comunicación, en nuestra cultura de masas; en nuestras escuelas, en nuestros institutos, en nuestras universidades. Necesitan hacerse con la ‘masa’ cada día, cada mes, cada año… cada generación. Es impresionante el despliegue de medios técnicos, económicos, e intelectuales; es impresionante la ‘inversión’.
Sí, ¿se ha pensado alguna vez por qué el sionismo y la ‘intelligentsia’ judía tienen tanto interés en arruinar y mancillar las figuras de Hitler, Goebbels, Himmler y otros, o en dar esa falsa imagen del nacionalsocialismo? ¿Se ha pensado alguna vez en lo costoso de esa incesante campaña de desprestigio que abarca todos los medios y modos de la cultura de masas? No se trata de que el nacionalismo de Hitler cerrara las puertas a los judíos, o de ese falso holocausto en el que ya apenas nadie cree. Es otra cosa lo que les preocupa. Si el nacionalismo étnico se extendiera no tendrían posibilidad de influir en las naciones, se pondría un veto al libre flujo de mano de obra y de capitales. Se acabaría la ‘globalización’ en curso (la internacionalización de la economía, del derecho… el intervencionismo de las plutocracias en todas las naciones de la tierra en nombre de la democracia universal, o de los derechos humanos universales). Se les arruinaría el negocio, a ellos, y a la oligarquía internacional (que ellos mismos lideran). Por esto acabaron con el régimen de Hitler, y por esto su eterna campaña de destrucción del nacionalismo, de cualquier brote de nacionalismo. Es el nacionalismo étnico la única ideología política que le puso y le pone freno a su codicia destructiva; el único obstáculo económico, político y moral a su inconsecuente, a su ciega codicia de oro y de poder.
Está claro que lo consideran vital para su supervivencia, y para su dominio. No pueden perder esta guerra. Les va en ello la vida, el futuro. Y es por ello que podemos decir que esta guerra de propaganda no cesará nunca; que la tendremos que acabar nosotros mediante la verdad. Debemos insistir, insistir, e insistir.
De todos modos, estoy convencido que tanta mentira, tanta manipulación de la verdad histórica, algún día se volverá contra ellos. Quedarán en evidencia, desnudos, al descubierto. No podrán seguir mintiendo. Quedarán ante el mundo entero como el pueblo más mentiroso de la tierra; el más mentiroso y el más perverso. Perderán todo crédito.
No encontrarás ni uno solo de estos ‘documentales’ sobre el nazismo o sobre la IIGM que refleje los acontecimientos tal y como sucedieron o se fueron desarrollando y que ponga a cada uno en su lugar. Ni uno solo. No encontrarás ni objetividad, ni verdad. Y esto es lo que está por hacerse. Tenemos que usar esas mismas fuentes documentales para poner la historia en pie, simplemente; para contar la verdad.
Las fuentes documentales históricas están, existen. Pero son usadas y montadas perversamente. Advierte los guiones detestables, insidiosos, manipuladores en los documentales que te comento. No hay honestidad en esos intelectuales que callan la boca y pasan de largo ante tanta calumnia, ante tanta difamación, ante tanta mentira. Hay miedo, o connivencia. Estamos ante la banalidad de la mentira, de la injusticia, de la maldad. Es el triunfo de lo peor. Es uno de los períodos más vergonzosos de nuestra historia. Sólo una minoría tiene el valor de enarbolar la verdad histórica arriesgando con ello su prestigio, su trabajo, e incluso su vida. Ésta es nuestra triste realidad.
Lo más absurdo de todo esto es que en blogs que se dicen nacionalsocialistas se le da cabida a estos mismos impresentables ‘montajes’ que te digo como información valida sobre el nazismo y la IIGM. Se hacen eco estúpidamente de la propaganda anti-nazi puesta en circulación por el sionismo y la ‘intelligentsia’ judía para desencaminar, confundir, y desalentar a los ‘puros’. En vez de descalificarlos, y poner sobre aviso a los lectores, los divulgan sin más. Son imbéciles, están locos, o estamos ante webs y blogs puestos en circulación por los mismos judíos –cosa que no me extrañaría. Se diría que se complacen en sembrar la confusión en las filas nacionalsocialistas. Lo cual no deja de ser otra arma de guerra, otra estrategia de dominio. El panorama en nuestras filas no puede ser más caótico, más incoherente, más delirante (esoterismo, magia, ‘paganismo’, supremacismo blanco, extraterrestres, sociedades secretas…). Cualquier cosa antes que el simple conocimiento histórico; antes que la simple y nuda verdad.
*En su momento estuve buscando en internet trabajos relacionados con la cultura en el III Reich. Apenas si encontré algún libro o artículo veraz y objetivo. La inmensa mayoría son textos tendenciosos contra los aspectos más variados de la vida cotidiana en el III Reich (música, literatura, cine, ciencia, pintura, arquitectura, arqueología, ecología…). No te informan, se limitan a criticar, a censurar, a ridiculizar, a demonizar. Y hablamos de historiadores e investigadores, y de revistas o publicaciones académicas especializadas. En este asunto, estas instituciones han perdido toda dignidad profesional. Es una vergüenza. Carecemos de información objetiva sobre el periodo nazi y la IIGM. No encontrarás estudios objetivos sobre la economía, la pedagogía, la ciencia, la filosofía, o la literatura durante el período nazi. Nada. Nada sobre sus logros o sus éxitos en uno u otro campo. Se ha puesto un paréntesis, se ha echado un cerrojo sobre todo ese periodo histórico. Prohibido entrar. Prohibido hablar con seriedad y objetividad de estos temas. Sólo se te permite disparar, destruir, mancillar. Éstas parecen ser las consignas.
Casi la totalidad de lo que circula es pura propaganda de guerra; propaganda anti-nazi, simplemente. La intención es destruir ideológica y moralmente cualquier nacionalismo étnico (no sólo el histórico nazismo), que aparece constantemente malignizado, demonizado, al tiempo que se difunden consignas éticas y políticas trans-nacionales o post-nacionales. Es notoria la saña con la que arremeten contra cualquier intento de construir la identidad a partir del suelo (agricultura, ecología, Darré…), la memoria histórica, o la arqueología. Los autores resultan ser historiadores e investigadores internacionalmente reconocidos. Son los teóricos, la vanguardia ideológica de la internacionalización. Su función es avalar moral e intelectualmente (académicamente) la globalización en marcha. Destruir las barreras étnicas y lingüístico-culturales ancestrales es la meta, acabar con las naciones, con los pueblos históricos.
Lo sepan o no lo sepan, estos ‘intelectuales’ trabajan para el ‘sistema’, para las fuerzas del mal. Se limitan a crear el clima político e ideológico adecuado para la oligarquía financiera internacional (liderada por judíos). Libre flujo de mano de obra y de capitales, pues. Un desarraigo generalizado, planetario, universal. En nombre de la libertad, del progreso, de la democracia, de los derechos humanos…
Por supuesto que de todo lo dicho excluyo a los llamados revisionistas, los únicos historiadores e investigadores serios y veraces, dignos y honestos. No debemos olvidar a unos pocos autores y editores judíos entre estos historiadores e intelectuales revisionistas. Pero, dada nuestra dilatada experiencia con ellos, es legítimo el preguntarnos por sus verdaderas intenciones. ¿Es la patita enharinada; es una puerta que se deja entreabierta?
Hay que decir que las consignas éticas universales que se difunden no son tan universales, son bien particulares, étnicas incluso. Son valores éticos y políticos acuñados por los judíos en los dos últimos siglos (Marx, Boas (el etnocidio teórico), Freud, Adorno, Marcuse, Lévinas, Derrida… son cientos, miles). Valores destructivos que han terminado desfigurando, desvirtuando, transformado nuestras culturas tradicionales, adaptándolas a sus exigencias y necesidades. Son aquellos valores que les permiten establecerse y medrar en cualquier rincón del planeta, sin trabas, sin obstáculos. Y es de lamentar que haya entre nosotros intelectuales que secunden estos ‘ideales’ y ‘valores’ que tan nocivos están resultando para nuestras naciones, nuestra etnia, y nuestras culturas. Estos desgraciados se comportan como enloquecidas células del sistema inmunitario que atacan a su propio organismo (como en el caso del Lupus Eritematoso Sistémico –una enfermedad del sistema auto-inmune).
*Supongo que habrás observado que en los medios de comunicación o en la cultura de masas no circulan documentales, ni información, ni películas, ni nada de nada sobre la llamada revolución rusa, sobre el ‘terror rojo’, sobre el régimen político más criminal de la historia de Europa. No cabe duda que este silencio se debe a que los protagonistas de esta ‘revolución’ fueron en su mayor parte judíos. Fueron judíos, y esto está probado, y muchos de ellos ni siquiera rusos, por lo que me pregunto el por qué se la sigue denominando revolución ‘rusa’, cuando deberían denominarla dictadura judeo-comunista (lo de “dictadura del proletariado” era una mentira nada piadosa). No sólo sus raíces ideológicas eran judías (Marx), también sus actores principales fueron judíos, y fueron los más crueles y fríos criminales de nuestra historia reciente. Las víctimas se cuentan por millones. Afortunadamente contamos con textos (poco menos que prohibidos) sobre esta tenebrosa historia que nos aportan datos y cifras incontestables. El criminal ‘judeo-comunismo’ goza, empero, de libertad y cuenta con numerosos seguidores por nuestras tierras. Nadie se atreve a objetar nada.
Amigo mío, vivimos en un mundo al revés, en un mundo invertido, dislocado, falso, roto, descompuesto, donde lo negro es blanco, y lo blanco es negro.
*Con respecto a tu pregunta te digo que si mi blog tuviera, o hubiera tenido, más repercusión, ya hace tiempo que hubiera desaparecido. Como sabes apenas cuento con seguidores, y sólo unos pocos leen lo que escribo. Si tuviera ‘éxito’ me cerrarían el blog en un instante. Y esto por no hablar de las posibles consecuencias penales y económicas que tendría para mí y para mi familia.
Me arriesgo, ciertamente, pero no veo una manera más digna de vivir. Esto tiene mucho que ver con nuestro compromiso con la justicia y la verdad. Y en esto parece que los aryas tenemos algo que decir. La sangre del viejo Zarathushtra corre por nuestras venas. Él fue el primero de los ‘veraces’; el primero de los amantes y defensores de la verdad; el primero que combatió la mentira y la injusticia. Los aryas seguimos su ejemplo, simplemente. Es cuestión de raza, es cuestión de sangre. No lo podemos evitar. La sangre manda. Nobleza obliga.
Añado que no es sólo este prurito por la justicia y la verdad, pues también nos debemos a nuestro pueblo, a nuestra gente, a nuestros hermanos, tan necesitados de claridad, de luz, y de verdad.
*
Hasta la próxima,

Manu

http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2015/05/129-carta-un-amigo-sobre-el-estado-de.html

«1789?», por Alfred Rosenberg

«1789?»

Alfred Rosenberg
(1921)

Artículo publicado el 22 de febrero de 1921 en el Völkischer Beobachter como crítica a las concepciones de la llamada revolución francesa, o sea, la toma del poder de la burguesía y el dinero.

Hoy parece finalmente alborear a un pequeño número de hombres que la lucha por la esencia alemana y el Reich alemán no ha acabado, sino que ha empezado. Se sabe que está próximo un asalto decisivo por parte de las organizaciones revolucionarias mundiales y todas las fuerzas nacionales del pueblo alemán conjuran por una agrupación activa y por una enérgica sublevación.
Algunas veces, sin embargo, impresiona curiosamente ver que también estos hombres encuentran que es preciso para el más claro germanismo, mirar hacia la
gran revolución francesa como ejemplo para la venidera revolución alemana, y que todavía no se han liberado del funesto destierro de las consignas arrojadas en aquella época al mundo. Libertad, igualdad, fraternidad, humanidad, etc., repercutieron entonces más allá de los Vogos. Estas mismas contradictorias frases nunca han fracasado su efecto sobre las grandes masas, más produjeron por medio de sus confusas disposiciones necesariamente una desgracia tras otra. Pero una generación descendió de ahí, la nueva, insignificante, olvidadiza, tambaleada de nuevo tras baratijas
resplandecientes para su propia infelicidad. Y prospera siempre en lo profundo de una conspiración internacional.
¡Igualdad! Esto no es ni más ni menos que un llamamiento a todos los sentimientos plebeyos de los hombres. Pues a través de la obsesión de esta consigna se suscita el odio constante y permanente en todas las capas sociales del perezoso y del impotente contra toda grandeza, contra toda excelente aportación y personalidad que se eleva a un ideal. La doctrina de la igualdad roba al hombre de antemano la aspiración a la perfección, destruye toda veneración. No aspira a subir a los más pequeños a los más grandes modelos, sino que arrastra todo lo alto por el polvo. Viene a ser lo mismo tanto
si la igualdad de hermanos de 1789 rezumaba en los campanarios góticos, porque eran más elevados que las otras casas, como si fuese canciller del Reich un Herman Müller.
Libertad es para todos nosotros un concepto más venerable. No obstante, en relación con la igualdad se ha convertido en la predicación de la arbitrariedad. Y si ahora se enseñan los derechos de la libertad y no los deberes, se irá irremediablemente por el camino hacia la anarquía.
Es por ello que el año 1789 ha devenido un año sagrado para los entusiastas menos críticos y para los intrigantes más críticos. Los unos, se embriagan en él, los otros, aprovechan sus productos para sus propios fines.
No hay ninguna duda sobre ello de que el antiguo sistema de Francia estaba maduro para el ocaso. Quién fuese especialmente responsable en particular de la entonces corroída economía, no puede ser objeto de discusión aquí. Ella se hundió. Sin embargo, en su lugar no compareció ninguna gran idea ética, sino una traca de frases que hasta hoy como una droga ha llevado a los pueblos a ilusiones.
El sentimiento nacional de los franceses les ha preservado siempre de la aparente inevitable decadencia. Les salvó también de las manos de sus mezquinos dirigentes. Es erróneo que esta conciencia nacional la haya implantado la revolución. Vivió organizada y consciente desde la unión del Imperio por Luis XI hasta el día de hoy.
Esto sería una cuestión. Y luego además: el año 1789 significa para todos nosotros la emancipación de los judíos, la hora del nacimiento de los espíritus yermos en la cultura europea.
Ya se sabe cómo se llevó a cabo. El proveedor del ejército francés, Cerfbeer, había rogado a Moses Mendelsohn de aprovecharse de la gran autoridad que también tenía entre los cristianos y redactar un escrito para la emancipación de los judíos. Mendelsohn no consideró este camino por lo práctico y erigió su portavoz en Dohn, después de que su obra sobre la reforma de los judíos fuese redactada. “Mendelsohn pensaba y Dohn escribía.” (Graetz) En el salón judío de Henriette Hertz en Berlín presentó Mendelsohn a Dohn a Mirabeau, que a la sazón estaba endeudado hasta las orejas con los judíos, y que más tarde sería defensor de los judíos. Todas las reclamaciones de los alsacianos, que expusieron irrefutablemente las destructoras consecuencias de la igualdad de
derechos para un pueblo de usureros, fueron en balde. Sí, uno de los principales pregoneros de la en aquella época predicada revolución mundial, Duport, dijo que la lucha contra la emancipación de los judíos era al mismo tiempo una lucha contra la constitución francesa. La idea de la igualdad de derechos producía sus frutos. Sus representantes echaron las fronteras por tierra, se desarmaron ellos mismos, y las asociaciones judías nacionales-internacionales entraron con igual avidez en los estados europeos.
¡En todos los Estados de Europa! Pues bajo la protección de los franceses se cumplió en el oeste de Alemania la emancipación de los judíos, la creación de sinagogas, etc. La idea se extendió y a pesar de todas las advertencias de nuestros grandes (Goethe, Fichte, Herder), la hermandad de todos los pueblos continuó su camino.
Por ello, los judíos del mundo entero glorifican desde hace ciento treinta años el año 1789. Con razón, fue para ellos el año ante el cual cualquier otro en la Historia se hundía. Y bajo los clarines de la idea de entonces, la incursión de Israel ha ido por todo el mundo.
No, si nosotros queremos un levantamiento del pueblo alemán contra la rapacidad
extranjera, entonces no debemos poner nuestros ojos sobre la hipnotizante tricolor, sino que tenemos que dirigirlos sobre nuestro interior, sobre las fuerzas en crecimiento de nuestra propia esencia, y debemos llevar nuestra bandera como señal de otros principios éticos de disposición, responsabilidad y de dominio de sí mismo.
Esto significa ahora: ¡golpe de timón! El sentido de la venidera revolución alemana está en suplantar el orden de hoy por una legislación germana. Se tiene que crear un suelo más puro y tiene que imperar un ambiente espiritual más claro, con el fin de que podamos apreciar la grandeza de nuestro pueblo.
===
FUENTE:
¿1789?
Alfred Rosenberg
1921
Artículo publicado el 22 de febrero de 1921 en el Völkischer Beobachter como crítica a
las concepciones de la llamada revolución francesa, o sea, la toma del poder de la
burguesía y el dinero.
Hoy parece finalmente alborear a un pequeño número de hombres que la lucha por la
esencia alemana y el Reich alemán no ha acabado, sino que ha empezado. Se sabe que
está próximo un asalto decisivo por parte de las organizaciones revolucionarias
mundiales y todas las fuerzas nacionales del pueblo alemán conjuran por una
agrupación activa y por una enérgica sublevación.
Algunas veces, sin embargo, impresiona curiosamente ver que también estos hombres
encuentran que es preciso para el más claro germanismo, mirar hacia la
gran revolución francesa como ejemplo para la venidera revolución alemana, y que
todavía no se han liberado del funesto destierro de las consignas arrojadas en aquella
época al mundo. Libertad, igualdad, fraternidad, humanidad, etc., repercutieron
entonces más allá de los Vogos. Estas mismas contradictorias frases nunca han
fracasado su efecto sobre las grandes masas, más produjeron por medio de sus confusas
disposiciones necesariamente una desgracia tras otra. Pero una generación descendió de
ahí, la nueva, insignificante, olvidadiza, tambaleada de nuevo tras baratijas
resplandecientes para su propia infelicidad. Y prospera siempre en lo profundo de una
conspiración internacional.
¡Igualdad! Esto no es ni más ni menos que un llamamiento a todos los sentimientos
plebeyos de los hombres. Pues a través de la obsesión de esta consigna se suscita el odio
constante y permanente en todas las capas sociales del perezoso y del impotente contra
toda grandeza, contra toda excelente aportación y personalidad que se eleva a un
ideal. La doctrina de la igualdad roba al hombre de antemano la aspiración a la
perfección, destruye toda veneración. No aspira a subir a los más pequeños a los más
grandes modelos, sino que arrastra todo lo alto por el polvo. Viene a ser lo mismo tanto
si la igualdad de hermanos de 1789 rezumaba en los campanarios góticos, porque eran
más elevados que las otras casas, como si fuese canciller del Reich un Herman Müller.
Libertad es para todos nosotros un concepto más venerable. No obstante, en relación
con la igualdad se ha convertido en la predicación de la arbitrariedad. Y si ahora se
enseñan los derechos de la libertad y no los deberes, se irá irremediablemente por el
camino hacia la anarquía.
Es por ello que el año 1789 ha devenido un año sagrado para los entusiastas menos
críticos y para los intrigantes más críticos. Los unos, se embriagan en él, los otros,
aprovechan sus productos para sus propios fines.
No hay ninguna duda sobre ello de que el antiguo sistema de Francia estaba maduro
para el ocaso. Quién fuese especialmente responsable en particular de la entonces
corroída economía, no puede ser objeto de discusión aquí. Ella se hundió. Sin embargo,
en su lugar no compareció ninguna gran idea ética, sino una traca de frases que hasta
hoy como una droga ha llevado a los pueblos a ilusiones.
El sentimiento nacional de los franceses les ha preservado siempre de la aparente
inevitable decadencia. Les salvó también de las manos de sus mezquinos dirigentes. Es
erróneo que esta conciencia nacional la haya implantado la revolución. Vivió
organizada y consciente desde la unión del Imperio por Luis XI hasta el día de hoy.
Esto sería una cuestión. Y luego además: el año 1789 significa para todos nosotros la
emancipación de los judíos, la hora del nacimiento de los espíritus yermos en la cultura
europea.
Ya se sabe cómo se llevó a cabo. El proveedor del ejército francés, Cerfbeer, había
rogado a Moses Mendelsohn de aprovecharse de la gran autoridad que también tenía
entre los cristianos y redactar un escrito para la emancipación de los judíos. Mendelsohn
no consideró este camino por lo práctico y erigió su portavoz en Dohn, después de que
su obra sobre la reforma de los judíos fuese redactada. “Mendelsohn pensaba y Dohn
escribía.” (Graetz) En el salón judío de Henriette Hertz en Berlín presentó Mendelsohn
a Dohn a Mirabeau, que a la sazón estaba endeudado hasta las orejas con los judíos, y
que más tarde sería defensor de los judíos. Todas las reclamaciones de los alsacianos,
que expusieron irrefutablemente las destructoras consecuencias de la igualdad de
derechos para un pueblo de usureros, fueron en balde. Sí, uno de los principales
pregoneros de la en aquella época predicada revolución mundial, Duport, dijo que la
lucha contra la emancipación de los judíos era al mismo tiempo una lucha contra la
constitución francesa. La idea de la igualdad de derechos producía sus frutos. Sus
representantes echaron las fronteras por tierra, se desarmaron ellos mismos, y las
asociaciones judías nacionales-internacionales entraron con igual avidez en los estados
europeos.
¡En todos los Estados de Europa! Pues bajo la protección de los franceses se cumplió
en el oeste de Alemania la emancipación de los judíos, la creación de sinagogas, etc. La
idea se extendió y a pesar de todas las advertencias de nuestros grandes (Goethe, Fichte,
Herder), la hermandad de todos los pueblos continuó su camino.
Por ello, los judíos del mundo entero glorifican desde hace ciento treinta años el año
1789. Con razón, fue para ellos el año ante el cual cualquier otro en la Historia se
hundía. Y bajo los clarines de la idea de entonces, la incursión de Israel ha ido por todo
el mundo.
No, si nosotros queremos un levantamiento del pueblo alemán contra la rapacidad
extranjera, entonces no debemos poner nuestros ojos sobre la hipnotizante tricolor, sino
que tenemos que dirigirlos sobre nuestro interior, sobre las fuerzas en crecimiento de
nuestra propia esencia, y debemos llevar nuestra bandera como señal de otros principios
éticos de disposición, responsabilidad y de dominio de sí mismo.
Esto significa ahora: ¡golpe de timón! El sentido de la venidera revolución alemana
está en suplantar el orden de hoy por una legislación germana. Se tiene que crear un
suelo más puro y tiene que imperar un ambiente espiritual más claro, con el fin de que
podamos apreciar la grandeza de nuestro pueblo.
===
FUENTE:
https://gustavorodriguezsite.wordpress.com/2015/02/17/1789-alfred-rosenberg-1921-2/
´´

¿1789? Alfred Rosenberg (1921)

El destino de los mortales

viernes, diciembre 05, 2014 El destino de los mortales Comprendieron la verdad. «La existencia propia del hombre histórico significa: ser puesto como brecha en la que irrumpe y aparece la superioridad del poder del ser, para que esta brecha misma se quiebre bajo el ser.» (1935) (Martin Heidegger, Introducción a la metafísica, Barcelona, Gedisa, 1993, p. 149) En su libro La insuficiencia del discurso racional (2009), meritorio pero inaceptable intento de fundamentación del eudemonismo del bienestar, la salvación del alma, la felicidad y el amor -en suma, una recuperación del platonismo-cristianismo-, Laureano Luna confiesa lo siguiente: «la experiencia de la suprema identidad me otorgó una perspectiva de la que carecía antes: esa perspectiva me permitió comprender el error fundacional de la ideología moderna» (p. 281). • «la primera de la experiencias de la suprema identidad se prolongó durante seis o siete horas» (p. 280). • «La experiencia de la suprema identidad va acompañada de un sentimiento de amor universal y de serena felicidad. Como he dicho, el miedo a la muerte se desvanece por completo» (p. 279). • «cuando el individuo mira hacia su muerte, ya no es capaz de seguir anticipando, más allá de ese acontecimiento, el curso futuro de su flujo de conciencia: la anticipación choca ahí con un muro. Entonces ese yo que tenía como función soportar la síntesis del flujo temporal de conciencia percibe la amenaza incomprensible e insoportable de la extinción» (p. 278) • «la autoconciencia correcta es una experiencia mística» (p. 274). • «Entre el invierno y la primavera de 1982 tuve dos experiencias de la suprema identidad» (p. 271). • «probablemente también lo mismo significa amada en el amado transformada en la Noche Oscura de San Juan de la Cruz» (p. 270). ¿Y esto lo dice un nacionalsocialista? !Qué vergüenza! Ahora comienzo a entender las motivaciones que laten tras el ataque del ultraderechista Eduardo Núñez, acólito de Luna. Hace tiempo que los presuntos «fascistas», es decir, los fascistas de verdad, somos extraños, no ya a lo que el sistema oligárquico afirma sobre nosotros, sino a aquéllo que la propia extrema derecha considera que define la propia identidad fascista.

Humanos y mortales Reivindicar en serio la verdad supone siempre, tarde o temprano, la ruina. Véase Sócrates. Y al final, moriremos. La postrera «hora de la verdad» -así se refiere a la muerte el lenguaje popular- llegará antes o después y sólo nos quedará la dignidad de haber cumplido con nuestro deber. Nada más. Pero, si esto resulta demasiado sobrio, siempre podemos cloroformizarnos con utopías, estados místicos, substancias estupefacientes o fanatismos soteriológicos. Ahora bien, es en el contexto de la ruina, y sólo de la ruina (Heidegger habla del carácter ruinante de la existencia), que puede aparecer algo así como la «ética» y el «heroísmo». Por ejemplo, siempre nos toparemos con los humanes, dondequiera que vayamos. En todos los campos, ellos son legión, siempre más y más y más, como los rusos en el frente del Este. Y no pensemos equivocadamente que todos serían simples idiotas. La metafísica de los humanes comienza con Platón. Los más grandes filósofos han sido metafísicos, porque al final han claudicado ante Dios, la felicidad y el amor (o cualquiera de los ídolos que erigen para combatir la angustia mortal, exactamente como hace Luna, quien intelectualmente hablando es un genio, no lo olvidemos). Ahora bien, la verdad de la muerte no da poder y a la sazón, pero todavía mucho más en nuestros días, se ha tratado siempre de promover lo útil y práctico en la vida, de ser «positivos», como los mercachifles yanquis que han hecho del «pragmatismo» su filosofía. ¿En qué puede consistir, empero, a la postre, esa «utilidad»? En el triunfo del individuo frente a aquéllo que niega sus deseos, placeres y pulsiones. Y el impulso más básico es el de vivir. Habría que negar la muerte, habría que intoxicarse con la mentira, hasta la borrachera filosófica y política (proyectos escatológicos) para evitar experimentar la desmesurada realidad -la finitud- que tenemos delante de las narices, una verdad que, sugiere Heidegger, nosotros mismos somos. A ello se inclinan precisamente las personalidades más destacadas, más brillantes, más pagadas de su «individualidad»: un yo que se quiere inmortal porque no puede aceptar la «derrota» que representa, para el ego y la narcisista «conciencia de sí», el factum trascendental de la muerte. Nada tiene de casual que la existencia conlleve la “ruina»; reclámala, antes bien, la verdad misma. Esta lucha (Kampf) no tiene fin, su sentido es hacer aparecer el acto ético como tal: que la realización del deber, a saber, lo más alto, sea posible. Perecer, pereceremos velis nolis y, a tales efectos, tanto da, lo uno o lo otro. La finitud pugna en el bando de la necesidad. Se trataría de darle significado a algo que no lo tiene desde el punto de vista hedonista-utilitario, pero sin narcotizarse a base de vergonzantes autoengaños ansiolíticos. La batalla del final de los tiempos En medio de la derrota y la destrucción, con hordas de humanes avanzando hacia Berlín, un grupo de soldados «inhumanos» (=mortales) deciden resistir. No para “vencer”, saben que el final está cerca, sino simplemente porque han decidido cumplir con su deber. Esto es, y a ello me refiero, cuando hablo de «lo más alto» en todas las esferas de la vida; y es también lo que representa, en mi sentir, la verdadera “Alemania”. Si el nazismo tuvo algún valor, fue sólo éste, que, creo, casi ningún “nazi” de época o actual aceptaría (calificaría estas ideas de «nihilismo»). Pero Prusia se alzaba ahí majestuosa como realidad histórica objetivada. No estamos hablando de una raza, sino de unos valores institucionalizados, algo que Hegel identifica en su magna obra como «espíritu objetivo». Y la mayoría de los soldados alemanes -sobretodo los oficiales prusianos, los celebérrimos Offizierkörper- actuaban de una determinada manera porque tales pautas de conducta formaban parte de lo más íntimo de sus vidas en todas las esferas de actividad. Incluso un feroz antiautoritario, el anarquista Bakunin, tiene que reconocerlo en su obra «Estatismo y anarquía» (1873): «los alemanes son un pueblo serio y trabajador, tienen educación, son ordenados, exactos, económicos, lo que no les impide, cuando es necesario, y sobre todo cuando son los superiores los que lo exigen, luchar excelentemente. Lo han probado las últimas guerras. Además, su organización militar y administrativa ha sido llevada al último grado de perfección, un grado que ningún otro pueblo podrá nunca alcanzar (p. 80) (…) los oficiales alemanes sobrepasan a todos los oficiales del mundo por la profundidad y la amplitud de los conocimientos, por los conocimientos teóricos y prácticos de la ciencia militar, por la abnegación ardiente a toda prueba y completamente pedante en la profesión militar, por la regularidad, la puntualidad, la maestría, la paciencia obstinada y también una honestidad relativa» (p. 113). !El ideólogo de los okupas admitiendo la honestidad de quienes encarnarían a sus -no lo dudemos- más incondicionales adversarios! Añádasele ahora la victoria, la salvación, las mieles del triunfo, etc. ¿Una Alemania opulenta? ¿Cuánto hubiera tardado en reproducir la recurrente «mermelada asquerosa» (Sartre) de los valores hedonistas? El «fascismo» es el desprecio. «Paraíso», «felicidad» o «vida eterna», de un lado, y «ética», de otro, se excluyen. Kant nos lo enseñó, aunque ni siquiera él fuera totalmente coherente con su descubrimiento. Si «eso» cristiano-platónico «existiera» doquiera que no fuese en el delirio místico o los estados estupefacientes químicamente inducidos, todo resultaría más “agradable”, pero ¿dónde hallar entonces un lugar para lo ético? El acto ético se realiza a cambio de nada: ni salvación, ni victoria, ni compensación alguna, le dan «sentido». Él es el sentido. Sólo por deber, sólo por la verdad: equivale a la más absoluta desnudez y pobreza. La ética constituye un fin en sí mismo. No existe un valor más allá de su ejercicio en medio del dolor, del barro, de los ataques del enemigo, de las difamaciones, de las amenazas terroristas (o ultras), de las persecuciones judiciales… !Ojo! !Que no hablo, o no sólo, de frentes militares, mucho menos de estéticas marciales! La vida misma -lo cotidiano, el trabajo, las relaciones sociales- es una lucha por la verdad contra los humanes y sus imposturas. Tanto más cuando la pólémica afecta a la política. Y no digo que no podamos vencer, desde luego que debemos intentarlo con todas nuestras fuerzas, pero incluso el imperio romano cayó y hay que luchar siempre haciendo abstracción de la victoria y la derrota, porque la fracaso, aunque se hiciera esperar siglos, antes o después tiene que llegar. Nosotros, empero, estamos ya de vuelta. Si el «éxito» fuese el único motivo de la lucha, más valdría deponer las armas y dedicarse a la jardinería. El “fascismo”, e insisto, no me refiero aquí tampoco únicamente a lo político o a lo militar, sino a aquéllo que vengo explicado en los posts que preceden a éste desde el año 2007, sólo existe en la lucha, en la dignidad del diario combate donde los mortales levantan la bandera de la verdad y son atacados por bandadas de «humanes» enloquecidos por de odio, aterrorizados frente a esa muerte que no comprenden -y, sobre todo, que no quieren comprender- a la caza de un chivo expiatorio, el «fascista» (o el «judío», tanto da). Pero con la victoria termina también la lucha y comienza, casi siempre, la decadencia. El escenario debe ser, por tanto, de forma necesaria, la tempestad: “todo lo grande surge en medio de la tempestad…” (Martin Heidegger) Y quien así actuare, ése sí merecería la compensación, la vida eterna. La merecería, pero únicamente eso. Ha de perecer para que el ser (das Sein) brille sólo un instante, como una estrella lejana, en medio de los fragores y la destrucción. Todos los «valores» de la cultura: el amor, la felicidad, dios, etc., devienen baratijas que, una vez conocidas, redúcense de tamaño hasta convertirse en el equivalente de un fraude existencial. Estamos solos. Pero siempre queda la camaradería del frente, la única relación humana auténtica, que emana de una trágica verdad compartida. Tuvimos que contar con los cristianos (había muchos en Alemania, como en todos sitios, porque la «promesa» paulina de salvación siempre «vende»); tuvimos que pactar con la derecha sociológica; mas no sólo prostituyeron el fascismo originario de 1919 y lo transmutaron en una nueva versión del «pueblo elegido», sino que nos montaron un holocausto contra los «asesinos de Cristo», cuando el mayor mérito de los judíos era, precisamente, haber ejecutado a Cristo. “El héroe es aquél que osa ser, el que se atreve con la verdad y la experimenta en la forma de la ruina, la oscuridad y la muerte.” (Felipe Martínez Marzoa) Puedes eludir la ruina si quieres, no te lo reprocharé. Pero también podemos asumir el destino de los mortales. Senderos de gloria. Que ni el frente de lucha depende de nosotros, simples soldados que no aspiramos a la vida eterna (siendo así que nuestro «yo», nuestra «alma», a diferencia de los cristianos, nos importa poco), ni tampoco el momento en que las oleadas de carros enemigos despunten en el horizonte. Yo no quiero engañar a nadie. Ésta es mi única virtud. Si a pesar de todo podemos reír, entonces nuestra risa será verdaderamente “humana”. Viele Grüssen!!! Jaume Publicado por ENSPO en 1:57 p. m. 4 comentarios: E20109060 dijo… Excelente como siempre apreciado Jaume. 2:16 p. m. Jaume Farrerons dijo… Gracias. Esperemos que contribuya a reorientar las pautas de conducta políticas nacional-revolucionarias, distinguiendo lo importante (los valores éticos heroicos) de lo accesorio y caduco (caudillismo, autoritarismo, racismo, antisemitismo). Pero estamos muy lejos de haber conseguido nuestros objetivos. 10:57 a. m. Anónimo dijo… Está bien que haga referencia a Bakunin con el texto en cuestión sobre la opinión que tenía de los alemanes, pero afirmar(Aunque sea de forma simbólica) que es el referente ideológico de los okupas tiene poco sentido puesto que los llamados okupas(Muchos de ellos hijos de papá aburrridos), la inmensa mayoría ni saben quien fue Mijail Bakunin, ni han leído sus obras, en realidad les importa bien poco. 4:26 p. m. ENSPO dijo… Tiene razón, pero me refería al referente ideológico de iure (léase, más o menos: «si es que tienen alguno debería ser éste»), no a su referente ideológico de facto; quizá leen a autores más actuales o a ninguno, como muy bien sugiere usted. Saludos cordiales. 7:30 a. m. === FUENTE: http://www.nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/12/el-destino-de-los-mortales.html

Foro de FILOSOFÍA CRÍTICA: habilitación del correo de contacto

martes, diciembre 02, 2014

frente negro

Foro de FILOSOFÍA CRÍTICA: habilitación del correo de contacto

Recomendamos a las personas interesadas en debatir las entradas del blog FILOSOFÍA que lo comuniquen al siguiente correo:

adecaf@adecaf.com

Se ha corregido el email de contacto porque el indicado hasta ahora no funcionaba.

Todo ello con el fin de darse de alta en el foro:

http://socialista-nacional.foroactivo.com/

Este sitio, por motivos de privacidad, está reservado a los usuarios que quieran seguir el Curso de Filosofía y plantear, en el subforo correspondiente, cuestiones relativas a los temas de la bitácora.

Saludos cordiales.

ENSPO
13 de octubre de 2014

Publicado por ENSPO en 4:24 p. m.

FUENTE:
http://www.nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/10/foro-de-filosofia-critica.html

116) Correo dedicado a todos aquellos…

http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2014/11/116-correo-dedicado-todos-aquellos.html#comment-form
***

lunes, 17 de noviembre de 2014
116) Correo dedicado a todos aquellos…
Correo dedicado a todos aquellos aryas que, a lo largo del camino (de su llegar a ser lo que son), alguna que otra vez se desaniman (a todos nosotros, vale decir). Escrito en respuesta a un amigo, y bajo el signo de Atenea Promachos, de Apolo arquero, de Indra, de Thor…

Manu Rodríguez. Desde Europa (15/11/14)

*

*Amado lector, las quejas  y lamentaciones que encontrarás en este breve texto no van dirigidas a Zeus. Se apela a la dignidad, al honor, y al amor propio de los aryas europeos. No espera, pues, risas y chanzas, sino ira y furor guerrero; tempestades.
*Estimado amigo, me dices que abandonas de momento la lucha, esto me llena de sorpresa y preocupación.
Contempla a todos esos minúsculos grupos identitarios europeos en Suecia, en Dinamarca, en Alemania, en Francia… que tienen el valor de dar la cara, de responder a la llamada de su pueblo arrostrando el peligro –los insultos, la incomprensión de los suyos, la persecución, la prisión…
Los que advierten del peligro que corre la ‘tribu’ de desaparecer; aquellos que deberían ser considerados como la porción sagrada de la comunidad, el nexo con lo más alto; los apegados a los Padres, a los ancestros, a la madre patria… acosados, insultados, perseguidos, condenados; prohibidos, deslegitimados, proscritos. Precisamente las excepciones, los puros, la flor de la aryanidad. Los que tienen oídos, los que presienten, los que se adelantan, los precavidos… los ‘prometeos’. Las semillas de futuro, de un futuro otro, de un futuro digno; de un futuro nuestro.
Según la voz de la mass media (la voz de la sociedad del masivo desarraigo –de esta sociedad desalmada en la que vivimos) el nazismo, el nacionalsocialismo étnico, es el mal. Hablo de la ubicua, de la omnipresente, de la multiforme e incesante propaganda del enemigo. Desde incluso antes de la ascensión de Hitler al poder. Se usa  la mentira, la difamación, la calumnia, el perjurio, el falso testimonio… Se nos convierte en la imagen odiosa en esta sociedad deforme –con lo cual se nos honra y dignifica, dicho sea de paso (pues confirma que nosotros no tenemos nada que ver con este falso, cruel y absurdo mundo que nos han construido (con esta ‘Matrix’); que estamos fuera; que hemos salido; que hay otras ‘salidas’ que no son las suyas –las que ellos nos proporcionan (la nueva Sión)).
(¿Qué individuos, en esta sociedad del desarraigo universal, podrán encontrar el camino de sus respectivos pueblos? ¿Qué individuos se preguntarán siquiera acerca de su identidad étnica y cultural?  Esta sociedad cierra esas puertas, tapona esos caminos… los hace desaparecer.)
Esta calculada e insidiosa propaganda (esta ingeniería social) que padecemos desde hace decenios ha logrado sus objetivos, ha conseguido que seamos odiados, despreciados, denostados, ridiculizados, señalados…  acusados por los nuestros. Que nos odiemos a nosotros mismos, en suma –que odiemos nuestro genio, nuestra historia, nuestras raíces; nuestro ser étnico y cultural (biosimbólico). Este proceso aboca a la auto-destrucción. Es un suicidio étnico inducido.
Hay que tener valor hoy día para incorporarse, para darle cuerpo y semblante y voz al nacionalismo étnico arya; para reivindicar nuestro ser arya. Con toda esta corriente hostil en contra. Pero nos hemos atrevido. Hemos sido capaces de  atravesar las barreras morales, políticas, sociales, o jurídicas que nos ponía el enemigo. Y con ello hemos renacido. No cabe duda que hoy nuestro nacionalismo es más puro, más sabio, más fuerte, más aquilatado,  más seguro.
Obviando los motivos que aduces acerca de tu abandono, me pregunto si no será el desánimo. Los comienzos de Hitler y los suyos fueron también extremadamente duros y desalentadores. Apenas seguidores, apenas nadie les prestaba atención. Debo reconocer que nuestros tiempos tienen otras características (nuestra absurda ‘sociedad de consumo’). Fíjate, por ejemplo, en la cantidad de estúpidas ocurrencias que en pocas semanas alcanzan miles o incluso millones de seguidores en las ‘redes sociales’. (¿Puedes imaginarte a Goebbels en la conquista (ideológica) del Berlín actual; qué estrategias usaría?). El grado de alienación y desposesión espiritual de nuestros pueblos es tan grande… Tan grande y tan inmenso como nuestro cometido,  como nuestro quehacer.
Se necesita sangre arya que fluya hacia Europa; hacia la ‘Metrópolis’. Sangre arya que venga de las colonias. Brigadas internacionales aryas en defensa de su tierra sagrada. Ahora es la batalla de Europa. Y esta batalla no la podemos perder. Europa es la tierra sagrada milenaria de los aryas todos: de los romanos (neolatinos), de los celtas, de los germanos, de los baltos, de los eslavos…
Si has pasado por Londres habrás visto con tus propios ojos el caos, el horror multiétnico y multicultural… la ‘sustitución’ en marcha de la milenaria población autóctona arya. Habrás tenido noticia también de las violaciones de niñas y adolescentes británicas por ‘mafias’ de paquistaníes y africanos (más de 1500 casos en los últimos años), bajo el silencio de las autoridades competentes (temerosas de ser acusadas de ‘racismo’). Estos insultantes sucesos tendrían que haber provocado un grito, un clamor… un explosivo alzamiento de todos los nacidos aryas (en Europa, al menos); una respuesta adecuada a la ofensa. Pero nada. Ni indignación, ni ira. Ninguna respuesta colectiva; ninguna revuelta de indígenas. Apenas si queda, entre los nuestros,  algo de honor, orgullo, amor propio, o dignidad; algo del antiguo fuego.
Inglaterra (por no hablar de otras naciones europeas) es no sólo una muestra bien patente de lo que nos espera en cuanto a humillaciones y vejaciones; es testimonio también de nuestra ajenidad, de nuestra indiferencia; de nuestro individualismo, de nuestro narcisismo. De nuestra insolidaridad étnica. De la devaluación de toda palabra dada, de todo compromiso. De nuestra despreciable alma social (la de las masas de apátridas). De nuestra ignominia. De nuestro mal.
Ignórate a ti mismo y entrégate a tu pueblo, podríamos decir. Ocúpate, cuida, lucha por tu pueblo. No conozco otra medicina para nuestro mal.
Es preciso seguir luchando por la futura nación arya. La nación arya necesita voces, heraldos, mensajeros… guerreros de la palabra. Nuestros hombres y mujeres siguen viviendo en las nubes en lo que respecta a su condición y a su situación –a su origen, a su ser, a su futuro (cada día más incierto). Despertar de su sueño a la bella Europa, ésta es nuestra labor y meta. Que torne en sí; que recupere la conciencia y la memoria; que se recupere, que vuelva a ser. Si esto consiguiéramos, tendríamos más de media guerra ganada. Cuando Europa responda.
Algún día llegará nuestra hora, y se buscará nuestra palabra. El nuestro es un discurso religioso (religante, vinculante, simbólico) y espiritual étnico. Es una nueva fe para nuestros pueblos. Sólo para nuestros oídos. Es otra cosa que lo político, o lo económico… Nosotros hemos recuperado al dios autóctono; nuestro ser, nuestra luz, nuestra identidad, nuestra verdad; nuestra libertad.
La hermandad arya llegará; la nación arya. Y tendremos una sola fe, una sola causa, un solo destino. Hasta entonces no podemos sino perseverar, insistir, repetir nuestra palabra, nuestro alegre mensaje. De manera incansable, inaccesibles al desánimo y al desaliento. Con la mirada puesta en nuestro brillante y hermoso futuro.
*El nacionalismo étnico es exportable. No el arya, claro está. La idea es simple, sencilla, y poderosa. Podrían adoptarlo los chinos, los japoneses… todos los pueblos que se hayan mantenido puros, al menos étnicamente, ya que culturalmente la mayoría de los pueblos del planeta estamos contaminados. Las áreas de dominio del budismo, del hinduismo, del cristianismo, del islamismo… sobre los pueblos más diversos. Pueblos cristianizados, islamizados… bolchevizados, democratizados…
Cientos de pueblos espiritualmente exiliados; lejos de casa, lejos de los suyos. Adorando dioses o principios extranjeros. Deshacerse de todos esos discursos universalistas o internacionalistas, religiosos o políticos; recuperar el ser propio y ancestral; el nexo con los antepasados. Esto es el nacionalismo étnico. La liberación colectiva –no individual o personal. Quedan por venir las revoluciones nacionalistas étnicas.
*El nazismo (el nacionalismo étnico) tenía que ser destruido: chocaba (y choca) contra todos los poderes políticos, económicos, religiosos… (contra todo el viejo orden/mundo judeo-mesiánico), como acertadamente observó Saint-Loup en la segunda de sus ‘Quotations’; era la única ‘revolución’ (o cambio) verdaderamente radical, como incluso llegó a reconocer Marcuse, un judío. Fue una suerte de mutación espiritual, simbólica; un acontecimiento en los cielos. Estábamos ante un verdadero nuevo orden/mundo. Era una nueva oportunidad (un puerto, un paso, un camino nuevo que se abre), todo un nuevo inicio (Heidegger); una nueva aurora para nuestros pueblos. Un nuevo día, un nuevo futuro. Deslumbrante, resplandeciente, cegador. Su mera existencia hacía palidecer de envidia y rencor a sus oponentes; su belleza, su luz, su esplendor ofendían a los tenebrosos, a los opacos, a los sombríos… a los ‘malos’ (aquellos que buscan nuestro mal); su marcha triunfal, sus hercúleas victorias –la recuperación de Alemania en tan breve tiempo–, aterraban al enemigo. Aquella primera nación arya, aquella gloriosa experiencia, aquella sublime singularidad tenía que ser destruida, reducida a cenizas mediante aquellas bombas, aquellas luciferinas armas, aquel fósforo tenebroso, mortífero, letal. Esto fue lo que sucedió.
El alcance y la profundidad del ‘movimiento’ relumbran, empero, en sus ardientes y heroicos rescoldos  –su “interna verdad y grandeza”; su imperecedera luz.
El nacionalismo arya ha sido probado, templado, acrisolado. Ha sobrevivido a los más aniquiladores ataques –en la tierra y en el cielo; ha vencido a la muerte; ha vencido.
La lealtad, la fidelidad, la bravura, el honor, la nobleza; el culto a la verdad, a la claridad, a la luz. La excelencia arya. El camino arya. Nosotros no aspiramos al superhombre; nos basta con nuestro ser arya.
*
Saludos, y hasta la próxima

Manu
Publicado por Manu Rodríguez en 6:53
3 comentarios:

1.

Dagdiano19 de noviembre de 2014, 15:13
Quería comentar algo sobre el apelativo «Sionista»; y es que muchos NS dicen ser antisionistas, mientras abrazan el cristianismo, es por ello que no dejan de ser unos sionistas más, puesto que el judeomesianismo está enraizado en la cultura judía, su mesias es Judio y su texto «sagrado» tambien lo es. Estos fanáticos religiosos que ven en Hitler como la Némesis de Jesús y como el gran salvador del cristianismo o de lo que ellos consideran «occidente», cuando realmente fue todo lo contrario, llegando él mismo a decir que el comunismo es hijo del cristianismo, ambos invenviones judías.
Hace tiempo que lo dije y lo vuelvo a repetir, hasta que los identitarios españoles no se deshagan de raiz de esa doctrina judeomesiánica (cristianismo), no se producirá ningún avance significativo. Y el avance que se produzca será inducido por eventos externos, porque en este pais siempre se camina a remolque de lo que sucede en el exterior.

ResponderEliminar

2.

Manu Rodríguez19 de noviembre de 2014, 19:14
Querido amigo, completamente de acuerdo contigo. Llevo años postulando esto. Es un discurso judío, pero un discurso judío para gentiles, para los ‘goys’, para los otros. Nietzsche tiene un aforismo que comienza: “Algún día nos arrepentiremos de los dos mil años de cultura cristiana” (o algo así). El mensaje pacifista cristiano es letal para los pueblos y, desgraciadamente, ha tenido una influencia tremendamente perniciosa en la cultura y en la psicología de los pueblos europeos. Hace tiempo que escribí lo siguiente: “El cristianismo es el arte de convertir a lobos y osos en cabritos y corderos.”
El nacionalcatolicismo español es el más severo obstáculo que nuestra gente tiene para tener una conciencia clara de lo que es el nacionalismo étnico. El modelo sigue siendo el nacionalsocialismo alemán –en sus textos y en sus obras. No hay otro espejo, no hay otro camino.
Gracias por tu comentario, y hasta la próxima,
Manu
ResponderEliminar

Respuestas

1.

Dagdiano20 de noviembre de 2014, 10:53
Esos no saben lo que es el nacionalismo ético, todo esto les suena a Chino mandarín.
Gracias a ti por tu blog, si nada más que el 10% de los europeos tuvieran asimilado lo que en este blog de expone, otro gallo nos cantaría.
Saludos.
FUENTE:
http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2014/11/116-correo-dedicado-todos-aquellos.html#comment-form

Sobre el nihilismo activo


*

Ernst Jünger, el continuador más representativo del nihilismo activo nietzscheano del siglo XX

Introducción. El nihilismo
El camello, el león y el niño
Nihilismo pasivo y activo
La continuación en Jünger
Estructura y destruktion en Heidegger

Introducción. El nihilismo

“El nihilista no es quien no cree en nada, sino quien no cree en lo que es”
Camus, El hombre rebelde, Alianza, 85

El estilo de la revolución comunista y socialista igualitaria es la lucha de clase. El estilo de la revolución conservadora y de los nacional-revolucionarios es el nihilismo activo. ¿Qué es el nihilismo?, ¿qué es el nihilismo activo?
Nihilismo viene del latín nihil (nada) y se refiere a la negación: negación de Dios, de lo establecido, de lo vuelto a establecer, de la razón, de la igualdad, de las izquierdas, de las derechas, de las extremas izquierdas, de las extremas derechas… Hemos dejado de creer en Dios, pero también en Marx, en el capitalismo, en el progreso … Nada está justificado. «Nihilismo: falta la meta; falta la respuesta al «por qué» ¿Qué significa nihilismo? – Que los valores supremos pierden su valor» (Nietzsche, K.S.A., Vol. XII, p.350. Fragmentos otoño 1887).
Puede pensarse que el nihilismo es una consecuencia de alguna crisis. Por ejemplo consecuencia de una guerra o de un desastre económico. Puede pensarse también que es una opinión o una tendencia ideológica más, como el liberalismo, el socialismo… Puede pensarse que es una tendencia cultural más, como la Ilustración, el Romanticismo… Sin embargo para Nietzsche el nihilismo no se da en una época para desaparecer en la siguiente, ni se da en una parte de Occidente sin darse en otra, ni en unas tendencias y no en otras. Se da en todas las temporadas, de crisis o no; es común a todas las ideologías y tendencias occidentales postgriegas. No se trata de un desajuste superficial que pudiera ser reparado moviendo determinados elementos, sino que es esencial a la historia misma de Occidente desde los griegos. En palabras de Nietzsche, el nihilismo es «la lógica de la decadencia», la estructura de la decadencia que predomina en Occidente. Algo parecido va a decir Heidegger con su olvido del ser.
Hay varias maneras de negar un modo de vida. Una de ellas consiste en una especie de rechazo pasivo que busca la comodidad y la facilidad. Para este tipo de nihilismo, la lucha resulta dura y sería mejor evitarla. Conviene, por tanto, bajo esta perspectiva, alejarse de las cosas como son. En el fondo lo que se desea es sentarse en un sillón a no hacer nada. Los cielos cristiano y budista son representaciones de este tipo, cielos para vagos. La utopía nihilista del cielo cristiano de ultramundo se convirtió después en la utopía ilustrada de un cielo en este mundo organizado alrededor de la Santísima Trinidad: igualdad: libertad y fraternidad. Ahora esa Santísima Trinidad muestra su verdadero rostro: comodidad y facilidad (sillón, cerveza y televisión). La dotación biológica y la fisiología tienen mucho que ver en esto. Se dice a veces que el nihilista no cree en nada. Pero no se puede creer en una nada vacía. Creer es creer en algo. Se eliminan los valores con otra intención. El nihilista pasivo cree en la facilidad en la comodidad y en la ausencia de lucha, todas ellas olvido del ser.
Pero hay también otra forma de negar activa y afirmadora que tiene por objeto una destrucción de engaños para dejar libre el camino:

“El nihilismo como estado normal. Puede ser un signo de fuerza… Alcanza su máximo de fuerza relativa como potencia violenta de destrucción: como nihilismo activo. Su antítesis es el nihilismo fatigado, que ya no ataca: su forma más conocida es el budismo” K.S.A, Vol.XII, p.350. La voluntad de poder, aforismo 23
“El nihilismo no es solo una reflexión sobre el ¡en vano!, no es solo la creencia de que todo merece morir: se pone la mano encima, se aniquila… Esto resulta, si se quiere, ilógico; pero el nihilista no cree en la necesidad de ser lógico… Es este el estado de los espíritus y voluntades más fuertes –y para ellos no es posible detenerse en el no “del juicio”-: el no de la acción está dado por su naturaleza. El convertir algo en nada por el juicio secunda el corvertir algo en nada por la mano” K.S.A, Vol.XII, p.350. La voluntad de poder, aforismo 24

En este caso, el fondo del nihilismo no es la comodidad y la detención de la lucha, sino el abismo, la vuelta a la plenitud. Este es el camino del nihilismo activo. Lo caracterizaremos después con más detenimiento. Antes quisiera poner más ejemplos.

El camello, el león y el niño

“¿Se puede vivir sin creer en nada?”
Camus, El hombre rebelde, Alianza, 85

Zaratustra marchó a los 30 años a la montaña. Allí permaneció en una caverna sufriendo tres metamorfosis: «tres metamorfosis del espíritu os menciono: como el espíritu se convierte en camello, y el camello en león y el león, por fin, en niño» (K.S.A., Vol.IV, p.29. Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1980, p.49). El camello es la bestia de carga, el animal capaz de soportar los valores sobre sus espaldas sin rebelarse, el resignado que se inclina con humildad y sumisión ante instancias superiores, porque es muy cómo colgarse de una percha. Su espíritu se regocija con su carga y la estima como una heroicidad. Los sacerdotes de turno le dicen lo que debe hacer y él obedece. Desde el punto de vista moral, es por tanto dependiente. Nietzsche representa también a veces esta situación por medio de un asno que tira de una carreta. Los hombres camellos, cargados de valores antivitales, estarían representados por las posturas nihilistas: cristianos, socialistas, budistas…
Pero el camello corre cargado al desierto y allí se transforma en león. El león arroja de sí todas las cargas, no soporta llevar alforjas, es la lucha por la libertad contra la moral que niega la vida. El espíritu se torna guerrero y no admite ninguna instancia que le domine. El «tú debes» es el gran dragón al que ha de vencer y en cuyas escamas brillan los valores de la cultura piadosa. El espíritu del león dice sin embargo «yo quiero», se caracteriza por el paso a la autonomía. La conquista de la libertad es compleja y dura, no hay que quedarse en la «liberación de», sujeto por la negación a la cárcel que nos ha esclavizado, sino empezar a caminar por sí mismo, dando nuevos sentidos. Nietzsche pone en esta situación a los hombres superiores.
El espíritu no se queda ahí, cuando el león se torna creador, se convierte en niño: «Inocencia es el niño y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo» (K.S.A., Vol.IV, p.31. (Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1980, p.51). La libertad es creación, espontaneidad, juego y azar. El niño es la vida misma que juega y ese juego se realiza a través de la propia voluntad. Este es el superhombre. La existencia humana se convierte en aventura.

*
Nihilismo pasivo y activo

“Damocles nunca baila mejor que bajo la espada”
Camus, El hombre rebelde, Alianza, 88

El camello posee la actividad típica de los que se montan en el carro para que tiren los demás. Su voluntad es débil y su responsabilidad nula. Necesita que otros le guíen. Kant decía que esto es no atreverse a ser mayor de edad. Sin embargo, el león quiere ser libre y hacer las cosas por sí mismo. Pero para eso tiene que ir destruyendo lo que todavía tiene de camello y los inconvenientes externos que se le puedan presentar. Su voluntad es fuerte y su destrucción va encaminada a la aventura y al juego de los nuevos ciclos.
El paso del nihilismo pasivo al activo tiene como núcleo fundamental el punto cero en el que se atasca mucha gente. Si nos quitamos los valores, nos quedamos a cero. El problema de la “libertad de” (liberarse de) se convierte en el problema de “libertad para qué”. ¿Qué hacer entonces? El misterio de la libertad pasa por aquí. Ser hombre es ser libre y ser libre es pasar por el punto cero. Pero para ello hay que destruir y afirmar. Primero, destruirse a sí mismo y destruir un mundo. Después, afirmar una nueva creación. La ética es estética, el destino de los hombres es crearse a sí mismos. La historia es sucesión de ciclos, hay que destruir un ciclo para crear otro. La historia la producen los creadores. El ciclo de decadencia del Kali Yuga no se cierra solo, hay que cerrarlo. A lo que cae hay que empujarlo. “El hombre debe decidirse a hacer para ser” (Camus, El hombre rebelde, Alianza, 77)
La voluntad de poder pasiva no destruye para regresar al caos lleno de posibilidades, sino para disolverse en el mundo estático de la pasividad. Niega la dureza de la vida y afirma sin embargo la indolencia, la seguridad y los universales negadores del cambio. Esta afirmación es en realidad negación, afirma valores que en el fondo niegan el ser de las cosas. La voluntad débil niega para detener la vida y pseudoafirma igualmente para detener la vida. Es la situación del camello que no quiere dejar de ser camello. Dostoyewsky escribe: «Si Dios no existe todo está permitido». El «todo está permitido» tras este tipo de negación es para estos nihilistas una carga insoportable. Nos encontramos ahora dentro del nihilismo pasivo, que es tanto una desvaloración de valores vitales como una valoración (pseudoafirmación) de valores nihilistas, hechas ambas por una voluntad de poder débil. La afirmación de valores del nihilismo pasivo sigue siendo nihilismo pasivo, no deja de ser voluntad débil negadora, se queda en la negación, no hay una auténtica afirmación.
Sin embargo una voluntad de poder fuerte destruye y construye. Para ella, el “todo está permitido” tras la destrucción es una fiesta. Esta forma de desvalorar/valorar valores es vitalidad. Pero no se queda en esa destrucción, se vuelve afirmativa desde el caos superando de esta manera su fase negadora. La parte destructiva de esta voluntad es lo que Nietzsche denomina nihilismo activo. Nihilismo activo en el sentido nietzscheano es la desvaloración de valores débiles hecha por una voluntad de poder fuerte que niega.

VOLUNTAD
NIHILISMO
SUPERACIÓN DEL NIHILISMO
CONSECUENCIAS

Fuerte
León
Activo
Niega lo establecido
Destrucción total del mundo anterior
Afirmación que supera el nihilismo
Creación tras la destrucción
Caos, crisis, destrucción al tiempo que nuevos horizontes. Al mismo tiempo que un sol se oculta otro renace

Débil
Camello
Pasivo
Niega la vida, niega el ser
Valoraciones de lo que permite no hacer nada
Destruye para negar la vida
No hay auténtica afirmación, no supera el nihilismo, no hay auténtica creación
Hastío, todo es en vano, nada merece la pena

*
La continuación en Jünger
El más eximio representante de esta forma de nihilismo activo en el siglo XX ha sido Ernst Jünger. El punto cero de Nietzsche –las tribulaciones del león que se queda a cero después de quitarse los valores de encima- se convierte en Jünger en una línea a traspasar. De ahí el título de su obra Sobre la línea. El nihilismo, que Jünger define de la misma manera que Nietzsche como devaluación de los valores supremos, se ha convertido en un estado normal. Nos hemos acostumbrado a no creer en nada. No se trata de la crisis de algún país o de algún grupo, sino de todo el planeta, el nihilismo es planetario. La percepción espiritual que tenemos de esto es la decepción, el desencanto y el vértigo ante el abismo. Nos encontramos ante una “línea donde todos los valores se funden y donde el dolor ocupa su lugar” (Heidegger y Jünger, Acerca del nihilismo, Paidos, 51). La línea es peligrosa, pero, como decía Hólderlin, donde está el peligro crece lo que nos salva.
El nihilismo activo es la acción transformadora que emerge desde el caos: “Buscamos mutaciones, posibilidades, entre las cuales la vida deba ser un nuevo Eón, llevadero, soportable y tal vez feliz” (Heidegger y Jünger, Acerca del nihilismo, Paidos, 68). Nihilismo activo es demolición y destrucción. Así es como interpreta Jünger el filosofar a martillazos de Nietzsche y el empresario de derribos de León Bloy. Los espíritus fuertes destruyen y crean. Ante la decepción del mundo actual y la explotación global a la que estamos sometidos, cabe todavía un ámbito de refugio –una emboscadura– en el ámbito de la libertad: “La libertad no habita en el vacío, más bien mora en lo no ordenado y lo no separado, en aquellos ámbitos que ciertamente se cuentan entre los organizables, pero no para la organización. Queremos llamarlos “la tierra salvaje”: es el espacio desde el cual el hombre no solo puede esperar a llevar la lucha, sino también desde el que vencer. Sin duda ya no se trata de ninguna tierra salvaje romántica. Es el fundamento originario de su existencia, la espesura desde la que él irrumpirá un día como un león” (Heidegger y Jünger, Acerca del nihilismo, Paidos, 62).
El nihilismo activo de Jünger, como el de Nietzsche, está enfocado a traspasar la línea. Detrás de la línea hay una esperanza. Hay que pasar necesariamente por el punto cero, pero después este punto se puede abandonar.

Estructura y destrucción en Heidegger
Heidegger es partidario de excavar bajo la línea y ver sus cimientos en vez de traspasarla. Dice que la línea del nihilismo, el punto cero, siempre acompañará al hombre, no hay que traspasarla, hay que asumirla. Los hombres somos siempre, queramos o no, habitantes de la nada. Es como si tuviéramos que caminar siempre encima de un lago helado a punto de romperse. Lo que hay que hacer según esta perspectiva es profundizar en la esencia del nihilismo y, una vez comprendida, dejar ser. Esa es la superación del nihilismo.
La crítica que hace Heidegger al nihilismo activo de Nietzsche y Jünger es una repetición de lo que dijo en sus dos volúmenes sobre Nietzsche. El nihilismo activo de la voluntad de poder ve el ser a través del valor. Pero esto es una tergiversación del ser (olvido del ser). Este planteamiento fundamenta el ser en el valer y el valer en un sujeto interesado (poder), con lo cual hacemos desaparecer la estructura originaria existente humano-mundo a favor de una subjetividad dominadora. El hombre-sujeto-razón crea el ser de los entes y se convierte de esta manera en una especie de dios. Un nihilismo activo que consiste solo en un cambio de valores sigue siendo alejamiento del ser.
Todo esto apunta a la búsqueda de una mejor definición de nihilismo. La definición heideggeriana no está relacionada con los valores, sino con el ser:

“La esencia del nihilismo consiste en el olvido del ser” GA 9: Wegmarken, 421. Hitos, Alianza, 341
“Ocuparse tan solo del ente en el olvido del ser: he aquí el nihilismo” Einführung in die Metaphisik, 155. Introducción a la metafísica, 237
“El nihilismo sería en su esencia una historia que tiene lugar con el ser mismo. Entonces residiría en la esencia del ser mismo el hecho de que éste permaneciera impensado porque lo propio del ser es sustraerse” GA 5: Holzwege, 244. Caminos

El nihilismo es el olvido del ser y el olvido del ser es el objetivo a eliminar. Dicho de otra manera: hay que destruir la historia de la metafísica. Se conserva la típica actividad luchadora del nihilismo activo, pero ahora centrada en el cambio de estructura y no en el cambio de valores. Heidegger se queja de la interpretación que se hizo a veces de su concepto Destruktion de Ser y tiempo como si fuera otro nihilismo activo más al estilo de Nietzsche: “La falta de meditación comenzó ya con la malintepretación superficial de la “destrucción” explicada en Ser y tiempo, que no conoce otro interés sino el de recuperar las experiencias originarias del Ser de la metafísica vueltas comunes y vacías en la deconstrucción” (GA 9: Wegmarken, 417. Hitos, Alianza, 337). La Destruktion no hay que entenderla como violencia física, sino como destrucción de la historia de la metafísica que es al mismo tiempo un regreso al inicio. Destruir la historia de la metafísica es desmontar sus falsedades y ver cómo son las cosas en la plenitud del origen.
Un cambio de valores no implica necesariamente un cambio de estructura. La historia está llena de cambios valorativos que no llegan al fondo (dejan intacta la estructura y siguen siendo distintas versiones de la nada). Por ejemplo los cambios alternativos de liberales y socialistas son esencialmente cambios valorativos de dirección, pero no cambios estructurales. Las técnicas de producción, la organización del mundo y el modo de vida humanista siguen siendo los mismos, alejados del ser. Un planeta en el que se haya extendido el liberalismo o el socialismo seguirá siendo nihilista y seguirá funcionando con un presupuesto estructural común. Otro ejemplo es la Revolución francesa. El cambio del Antiguo régimen a la Sociedad burguesa no fue en absoluto una revolución en este sentido ontológico de destrucción y vuelta al inicio. El Antiguo régimen era nihilista y la Sociedad burguesa lo sigue siendo. Lo mismo la revolución comunista. Mismo perro, distintos collares. La auténtica revolución, la revolución del nihilismo activo, está por venir. El cambio de un platonismo por un antiplatonismo sigue siendo platonismo, porque se edifica sobre una negación que depende de la esencia de lo negado sin modificar la estructura interna de esto negado. La estructura básica permanece en común. El “anti” es superficial. Un antifranquista no tiene más remedio que ser franquista y un antifascista no tiene más remedio que ser fascista. Si no acudimos a la esencia del nihilismo, no podemos cambiarlo. Y acudir a su esencia es ver su estructura. En Heidegger el nihilismo activo pasa de valorativo a estructural.
Surge ahora la siguiente pregunta: ¿el nihilismo activo, entendido de esta manera estructural, implica también cambio de valores? Se han clasificado los valores normalmente bajo el criterio de valores espirituales, estéticos, vitales…. Pero cabe además una clasificación bajo el criterio de valores conforme a ser y valores no conforme a ser. Me explico. Hay valores que están en la estructura misma del existente humano –libertad, sociabilidad– y valores que no –humildad, igualdad, compasión…–. Del existente humano podemos decir que es (esencia) libre y político. Pero no podemos decir en el modo de la esencia que es humilde, tolerante o igualitario. Humilde, tolerante e igualitario lo seremos si queremos. Hay intervención de la voluntad. Sin embargo libres y políticos lo somos, queramos o no.
La mayoría de los valores entienden el ser desde el deber ser, imponen un ser manejado al mundo. Pero en valores como la libertad y la sociabilidad no se cumple esta imposición, porque son valores implícitos en la estructura misma del ser y el ser está antes que el deber. Quizás a estos no se les debería llamar valores.
Occidente es mero nihilismo desde los griegos, un manejo sucede a otro en un ciclo que parece no tener fin. Pero si tiene fin. Nihilismo activo es actividad de eliminación de estos manejos, recuperación de la libertad y vuelta a las cosas como son. Nihilismo activo es lucha por el inicio.

Todo fluye
Eugenio Gil
+++
FUENTE:
http://www.todofluyetodofluye.blogspot.com.es/2014/10/sobre-el-nihilismo-activo.html

112) El camino que nos viene de los antepasados. Carta a un amigo

http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2014/07/112-el-camino-que-nos-viene-de-los.html#comment-form

jueves, 17 de julio de 2014
112) El camino que nos viene de los antepasados. Carta a un amigo
El camino que nos viene de los antepasados. Carta a un amigo.

Manu Rodríguez. Desde Europa (17/07/14).

*

*Lo que me cuentas de los neopaganos no me pilla de sorpresa. Estos chicos no saben lo que dicen. Nunca hubo paganismo. No hay religión pagana. Nunca la hubo. No sé cuando nos enteraremos de esto. El término pagano designaba (peyorativamente) a todos los no-cristianos, simplemente; no hacia distinción entre un egipcio, un griego, o un germano. Deliberadamente borraba las diferencias y reunía en un solo término despectivo a todos aquellos pueblos que les rodeaban y que no se hallaban cristianizados; los pueblos que seguían siendo fieles a las tradiciones ancestrales, al mundo de sus mayores. Nuestros pueblos pre-cristianos no fueron paganos, fueron celtas, germanos, griegos, romanos, eslavos… (para abreviar). A ver si nos enteramos de una vez.
También deberíamos saber que la palabra ‘pagano’ viene del latín (‘paganus-a-um’) y tiene que ver con aldeanos y campesinos (y sus tradiciones y cultos). Se relaciona con la palabra ‘pagus-i’ –aldea, tierras–, palabra que aún usamos en castellano (cuando decimos: “¿qué haces por estos pagos?”) –en catalán los términos ‘payés’, ‘payeses’, también provienen del ‘pagus-i’ latino. La palabra adoptó, en boca de los cristianos, el tono peyorativo que aún conserva. Los ‘paganos’ (la gente de las aldeas y de los campos) fueron considerados como gente inculta, rústica, ruda… in-civilizada. También hoy nuestros urbanitas tildan a los no-urbanitas (a la gente de la tierra y del mar) de provincianos, pueblerinos, catetos, palurdos, horteras y demás. La cosa no ha cambiado mucho. En realidad este término era tanto un arma moral (ridiculizaba públicamente, señalaba, denostaba, condenaba socialmente…), como un arma jurídica contra los no-cristianos (hubo ‘leyes contra paganos’). Esto es algo que se está repitiéndose en estos momentos con los términos ‘nazi’ o ‘fascista’.
Estos neopaganos tienen, de ese paganismo (de un pasado imaginario) que nunca fue, una imagen idílica, bucólica, pastoril… muy próxima a ese ecologismo de bajo coste que hoy circula. Los ‘monederos falsos’ abundan.
Por otro lado estos grupos no adoptan sino una parte de la cultura de nuestros antepasados pre-cristianos –los aspectos cultuales, los más ‘vistosos’, podríamos decir–, y tienen preferencia, por lo general, por uno de los pueblos excluyendo a los demás (hay celtófilos, germanófilos, helenófilos, eslavófilos…); ignoran además a los filósofos griegos, la medicina griega, el derecho romano… La religión de aquellos pueblos, aquello que les religaba y les hacía uno, era su entera cultura, la totalidad de sus tradiciones e ideales –su memoria ancestral y colectiva, su mundo compartido.
El legado cultural de un pueblo contiene también la génesis y la historia de su ‘paideia’, de sus ideales de formación, de sus condiciones espirituales de existencia.
Por lo demás, hoy no se trata de ser, de practicar, o de seguir un ‘paganismo’ griego, romano, germano o celta, sino de ser arya, de retomar la senda arya –el camino que nos viene de los antepasados.
Se trata del completo legado. Y no sólo del pre-cristiano. El legado llega hasta Hegel, Darwin, Schopenhauer, Nietzsche, Heidegger… o el descubrimiento del código genético. Hablamos de nuestro mundo Occidental blanco, de nuestro mundo singular, único. Este patriotismo requiere, claro está, de conocimiento y asimilación…, pero no exclusivamente. Hay algo más en esta re-ligación a tu propio pueblo, a tu propia historia, a tu propia herencia, a tu propio ser. Yo hablaría de amor, y de amor propio –a lo propio.
Las actuales generaciones aryas no están a la altura de su legado más íntimo, más propio, más cercano. No deberíamos olvidar que, en buena medida, somos la herencia. Hablar de ‘herencia’, es también hablar de ‘ser’.
Una y la misma cosa son la verdad, el ser, la herencia, el hogar, la libertad.
Las preocupaciones y el mundo de estos jóvenes ‘neopaganos’ resultan de lo más incoherente: universalistas, cosmopolitas, ecologistas, pro-abortistas, anti-racistas, anti-fascistas, de izquierdas, próximos a los anti-sistema… Estas generaciones son, simplemente, modernas y progresistas, y adoptan comportamientos diseñados que provienen de los ‘mass media’ –de donde proviene toda su ‘realidad’, todo su mundo. Son marionetas en manos de los ingenieros sociales.
(Los progresistas, aquellos que nos conducen a la progresiva destrucción de nuestros mundos, de nuestros pueblos. Los partidarios de la progresiva auto-destrucción, de la paulatina auto-disolución de los pueblos.)
Lo cierto es que buena parte de nuestra juventud está prendada/prendida en estos movimientos aparentemente revolucionarios. Pero nada favorece más a los oligarcas, y a los demiurgos de esta horrenda civilización –y su ‘masa’ salarial universal– que estos fuegos artificiales, que estas diversiones adolescentes apenas nocivas. Las vías de escape, que el propio sistema se encarga de proporcionarles mediante sus ‘mass media’, son absurdas, incoherentes, o simplemente auto-destructivas.
Lo de los neopaganos es sólo un dato, una muestra de nuestras poblaciones multi-escindidas, desarraigadas, atomizadas… Son ‘masas’ ignorantes de su identidad, siempre vagabundeando, siempre en busca de identidades y mundos que resultan ser siempre imaginarios, cuando no extraños, ajenos, foráneos… Toda esta muchedumbre en manos de los dueños de los medios de comunicación e información; en manos de aquellos que diseñan sus identidades, y sus ‘mundos’. Alienados, extrañados, manipulados… Hablo de nuestra gente, de nuestra gente hechizada, embrujada. Lejos, muy lejos de la patria, de la nación arya –de su hogar, de su ser.
Esto les digo a estos ‘progresistas’, a estos ‘embrujados’: “¿Estas libertades son los signos que me muestras de tu individualidad, de tu libertad…? Esos no son signos de libertad, sino de servidumbre. Eres siervo de la imagen fabricada por el enemigo; ese nuevo hombre apátrida, desarraigado, cosmopolita… que nos vende. Sigues el modelo; el mal modelo, el modelo que te destruye. Eres un ente social pre-fabricado, diseñado. No eres ni original, ni libre, ni independiente… ni mucho menos individuo excepcional o soberano; no eres ni siquiera individuo.”
Yo hablo de una historia nuestra de la que las actuales generaciones aryas debemos considerarnos responsables, esto es, de unas circunstancias históricas a las que tenemos que responder –como los más interesados, pues se trata de nosotros, de nuestra presencia en este mundo, de nuestro futuro. El tiempo, la hora, nos convoca. El ser nuestro. La herencia. Nuestra libertad, nuestra verdad. Es una llamada.
Hay que adoptar una actitud al mismo tiempo étnica, y cultural, pues se trata de un doble legado: el natural, y el cultural o simbólico. Éste es el doble legado que hemos de preservar y transmitir a nuestros herederos. Éste es el punto de partida, el norte que hemos de seguir. Ésta es la única actitud que garantiza el futuro de nuestros pueblos. La única salida, el único camino.
Nuestra identidad es nuestra verdad, y es nuestro ser. A nuestros enemigos les interesa mucho mantenernos alejados de nosotros mismos. De ahí la masiva y persistente alienación ‘cultural’ que padecemos desde sus ‘mass media’ proporcionándonos personajes, tipos, pautas, comportamientos sociales; desviándonos constantemente de nuestro camino, de nuestro ser. De ahí, también, la educación internacionalista, universalista (en lo moral, en lo cultural, en lo económico, en lo político…), que recibimos desde la infancia. Una educación (una ‘paideia’) anti-identitaria, anti-nacionalista… pacifista, altruista; una ‘paideia’ que, simplemente, nos desarma.
Los omnipotentes ‘mass media’ judeo-paulovianos.
Son pocos los que se salvan, los que escapan de esta masiva alienación; de esta perversa ‘matrix’. Estos pocos salvos y despiertos son los puros (los purificados), los renacidos; las promesas de futuro.
El enemigo ha conseguido que la identidad, la nación, lo propio… estén depreciadas en nuestras poblaciones (no está ni siquiera bien visto ser identitario o nacionalista –hoy nos tachan de localistas o provincianos). Aún más, el enemigo ha conseguido que el nacionalismo arya sea legalmente condenado. El nuestro, precisamente, es el único nacionalismo penalizado, ‘ilegal’.
Este anti-nacionalismo general en nuestras poblaciones es el producto de la propaganda del enemigo. El anti-nacionalismo (anti-fascismo, anti-nazismo…) que padecemos los pueblos blancos, y que circula entre nuestra gente incluso como seña de identidad, no es sólo un arma moral contra nuestros sentimientos étnicos, identitarios o nacionalistas (contra nuestro amor a lo propio), también es un arma jurídica mediante la cual se condena y se persigue ‘legalmente’ el etnicismo arya o blanco.
Recuerda. Es exactamente lo mismo que sucedió en la antigüedad con el término ‘pagano’ y las leyes anti-paganas (su doble uso moral y jurídico). Ahora son los nazis los perseguidos; el nacionalismo arya. Vuelven a querer extirpar por completo, por los medios que sean, los sentimientos identitarios y patrióticos de nuestra gente. (Un patriota es aquel que sigue siendo fiel a los Padres.)
Así están las cosas, amigo. Los pocos que abogamos por nuestra gente y nuestras culturas estamos ridiculizados, insultados, despreciados, odiados… condenados, perseguidos, proscritos. ¿Cómo solucionamos esto? Éste es el reto en estos momentos. ¿Cómo desenmascaramos a estos tramposos, a estos impostores y usurpadores?
Nuestra primera tarea ha de ser el desbaratar, desmentir, desmontar… las mentiras, tretas, y armas del enemigo. Limpiar la memoria de nuestros inmediatos antepasados (el nacionalismo arya germano) –la primera salida al mundo de la nación arya. Que resplandezcan de nuevo aquellos hombres y aquellos momentos sublimes. Aquel nuevo inicio frustrado; aquella nueva aurora; aquella promesa de futuro.
*“Por qué permanecemos en provincias” es el título de una charla radiofónica que Heidegger dio en 1934. Por qué seguimos siendo nacionalistas aryas, podemos parafrasear nosotros, y no universalistas, internacionalistas, o cosmopolitas (estoicos, cristianos, musulmanes, budistas, marxistas, demócratas, liberales, comunistas…). Simplemente, nosotros permanecemos fieles a los antepasados. Llámennos provincianos, paganos, rancios, antiguos, pueblerinos, o como les plazca.
La provincia, la región, la nación arya. El espacio de los Padres, la Patria reencontrada. El provincialismo, el regionalismo, el nacionalismo, el patriotismo… el localismo arya. El territorio, el espacio arya. En la tierra y en los cielos. Lo sagrado arya. El vínculo sagrado. Nuestro ser. ¿Cómo lo vamos a abandonar? Estaríamos locos si tal cosa hiciéramos.
“Difícilmente abandona el lugar lo que vive cercano al origen”. Hölderlin
*Nuestro pueblo tiene un futuro que no cesa de anunciarse, de venir, de estar presente. Un futuro que nos está guardado, que nos pertenece; un futuro que hemos de cumplir; un futuro nuestro.
*
Hasta la próxima,

Manu
Publicado por Manu Rodríguez en 7:20
1 comentario:

Dagdiano17 de julio de 2014, 10:40

Muy brillante, como siempre, tu entrada. Ciertamente estas nuevas generaciones están embrujadas, ahí está el detalle de los jóvenes alemanes que se saltan balcones en hoteles de Mallorca, algunos cayendo al vacío, estos son signos evidentes de que el enemigo está logrando sus propósitos con creces. Fíjate también que existen grupos autodenominados neonazis que caen en la trampa-propaganda del enemigo, queriendo ser ecologistas, pro-gays, hembristas, pro-aborto, hasta sí me apuras «anti-racistas», en connivencia con la democracia, apoyando la palabra democracia o república, cuando en realidad el Tercer Reich nunca fue demócrata ni republicano, ahí están muy accesibles los discursos de Adolf Hitler sobre la democracia. Personalmente pienso que esa forma de gobierno fue un delirio y debilidad de Pericles y que actualmente es un instrumento muy eficaz que usa la juderia para llenar Europa de africanos, musulmanes, mezquitas, asiáticos y amerindios.

===
FUENTE:
http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2014/07/112-el-camino-que-nos-viene-de-los.html#comment-form