La extrema derecha que gobierna el mundo (3). Los Estados Unidos de América

martes, abril 22, 2014

La extrema derecha que gobierna el mundo (3). Los Estados Unidos de América

El territorio que aloja a ese inmundo montón de escoria denominado Wall Street, epicentro de la opresión planetaria, tiene, a diferencia de la oligarquía, ubicación pública en el mapamundi. Una «nación» sin nombre -simple acrónimo empresarial- que configura, incluso por su forma geográfica, algo así como la pista de aterrizaje de la burbuja financiera. La Franja Aérea núm. 1 de la Oceanía de Orwell en la novela 1984. Voilà los U.S.A.

“Si ciertos actos de violación de tratados son crímenes, se trata de crímenes, sin importar que los cometan Estados Unidos o Alemania. No estamos preparados para estipular una norma de conducta criminal contra otros que no estemos dispuestos a invocar contra nosotros.”

Robert H. Jackson, fiscal jefe durante los juicios de Nüremberg.

Estados Unidos constituye el país de la libertad. Cuando nos invade, domina, explota y adoctrina es que somos… libres. !Tal es la opinión de… -¿lo adivinan?- los Estados Unidos! Y quien disienta de una postura tan razonable como ésta deviene, en determinadas circunstancias, «una amenaza para la seguridad nacional», de suerte que puede ser exterminado «de forma sabia y justa» como una alimaña. Carece de derechos. Por definición. Lo dice Locke, filósofo fundacional del liberalismo, padre ideológico de la constitución estadounidense.

Tenemos que aceptar el american way of life o arriesgarnos a morir. Esto vale sobre todo para las naciones, pero también, poco a poco, para los grupos, las instituciones y los individuos.

No se trata de una broma. La historia de los gobernantes usacos (Pío Moa) es una narración consistente en:

a/ genocidios: EXTERMINIO SISTEMÁTICO Y PLANIFICADO DE INDIOS PIELES ROJAS

b/ crímenes contra la humanidad: ESCLAVITUD DE LOS AFRICANOS NEGROS

c/ crímenes contra la paz: AGRESIÓN A MÉXICO Y ANEXIÓN DEL 40% DE SU TERRITORIO

d/ crímenes de guerra: HIROSHIMA / NAGASAKI

Uno tras de otro. !Pero se trata de una mera selección para formar una escalera de color! Podríamos intentar, con éxito, un trio de genocidios, un full de crímenes contra la paz y crímenes contra la humanidad y un repóquer de crímenes de guerra. Cada paso en la construcción de la «gran nación americana» incurre en un delito de lesa humanidad tipificado por el Tribunal de Nüremberg. Pero, ¿quién promovió el Tribunal de Nüremberg? Los Estados Unidos de América, !cómo no!

No lo hicieron solos, cierto. Contaron con la inestimable ayuda de una hermanita de la caridad conocida bajo el pseudónimo de José Stalin.

Más estupefaciente todavía es el hecho de que todo el mundo «lo sabe» y, sin embargo, «no importa». Pues en cuanto empiece a importarte, tío, te juegas la vida. En estos mismos momentos Estados Unidos tiene intervenidas ilegalmente las comunicaciones en medio planeta (NSA) y puede determinar a placer, mediante el uso de drones, el asesinato de cualquier persona molesta dondequiera que se oculte. El nombre de este dispositivo de opresión resulta harto curioso: «mundo libre». El responsable de tales ejecuciones administrativas a dedo es el presidente del país y, por supuesto, ha recibido el Premio Nobel en justa recompensa.

Un chiste sobre Israel puede ser materia de un delito de «apología del genocidio». La comisión de un genocidio real, verbi gratia, Vietnam, carece de sanción jurídica. El mundo libre es ansí. Cualquier persona normal entiende esto, ¿verdad?

¿Quién, pues, decide la «importancia» de las ofensas raciales, étnicas o humanitarias? Desde luego, no se trata de establecer un baremo «objetivo», sino de una ponderación oligárquica, interesada hasta la obscenidad.

Todos los crímenes de masas perpetrados por EEUU pueden catalogarse entre los peores que la historia recuerda, no obstante la historia ha sido escrita por ese gran productor de historias (propaganda, adoctrinamiento y lobotomización espiritual) que es Hollywood.

Emporio del cine, Hollywood (¿radicado también en EEUU?) tiene un papel decisivo en la calificación de la criminalidad o no criminalidad de un exterminio etnicida, de una atrocidad penada por las leyes de la guerra, de una agresión gratuita o expansionista a otro Estado… Aquéllo decisivo no es el hecho en sí, sino la «relevancia», y tal «caracterización» no se adopta sin permiso de Washington y jamás contra sus intereses.

Estados Unidos es el territorio, poblado de cárceles (=campos de concentración para negros e hispanos) de «lo criminal» por excelencia y, al mismo tiempo, el país impune por excelencia gracias a Hollywood. Es el país que, al crimen y a la impunidad, ha añadido la justificación propagandística de sus tropelías. Las películas estadounidenses son legitimaciones de toda clase de delitos de lesa humanidad, convertidos, siguiendo una extraña lógica de carniceros puritano-corruptos, en actos heroicos. Bravos soldaditos vestidos de azul contra salvajes crueles que sólo se ganaban a pulso su triste fin.

De ahí el asombroso imaginario cultural y popular que posibilita, por ejemplo, hechos como el siguiente: millones de personas de nacionalidad española, francesa, marroquí -o de cualquier país del mundo- adornan inconscientemente y sin una razón concreta sus atuendos particulares con banderas americanas, es decir, con la bandera de otro país. Esto se considera encomiable, comprensible de suyo, patente como la luz del sol… Pues, ¿no son los americanos los salvadores del mundo? ¿No son los más valientes, los más listos, los más guapos, los más buenos?

¿Y quien sostiene «eso»? Casualmente, un vez más, los propios americanos. Será verdad.

Cosa que «nos creemos» los no-americanos. Cosa que hemos interiorizado. Cosa que, en vez de indignarnos, aceptamos sin rechistar a pesar de la evidencia contraria de que quien hablare de sí mismo en tales términos debería parecer, al menos, poco fiable desde el punto de vista de la objetividad más básica.

La ropa viene ya diseñada con las barras y estrellas, y uno simplemente se la compra sin pensar. ¿Haría lo mismo con la bandera de Nigeria o Costa Rica? Por supuesto que no. Mas la bandera norteamericana, que es la bandera de la ignominia contemporánea sin parangón, ha devenido motivo de ostentación en una sociedad cuya esencia se define, precisamente, por el delito oficial, permitido, encorbatado, premiado incluso con galardones de paz o doctorados honoris causa. Una sociedad, la society, cuyas élites y gobernantes son delincuentes. Un país donde la mafia manda. Un Estado que «es» la mafia porque no tiene una mafia, sino que la mafia lo tiene a él: la mafia incrústase en las vísceras del abyecto corpachón de Guachingtón.

Lucir la bandera americana representa, en este «mundo al revés» forjado por la oligarquía asesina anglosajona, una garantía de salud mental, de amplitud de miras, de juvenil promesa…, elevada a categoría estética, moda y signo de estatus existencial. Que las barras y estrellas identifiquen de hecho, en el mundo moderno, el exterminio de un pueblo tras otro, la explotación más cruel, las peores atrocidades y las agresiones impunes a otras naciones (una de ellas España, el «fiel aliado» de sus propios verdugos), todo esto es moralmente -que no cognitivamente- ignorado por unas «multitudes» amorfas que han sido enculturadas en el marketing comercial, cinematográfico y político usaco.

La gran victoria de los EEUU no fue, en una palabra, desde el principio, ocultar sus crímenes, ni siquiera negar que fueran crímenes en cierto sentido, sino convencer a todo bicho viviente -pues de lo contrario el bicho aparecía muerto en un plis plas- de que estamos ante crímenes necesarios, «justos», inherentes al progreso y al bien de la humanidad. Una jerigonza no muy distinta al lenguaje estalinista, la otra máquina picadora de carne -por supuesto también exonerada- del proyecto moderno.

Resumen:

«El Estado judío no habría nacido sin la expulsión de 700.000 palestinos. Así pues, había que expulsarlos. No había otra opción que expulsar a la población. (…) Tampoco la gran democracia estadounidense se podría haber creado sin la aniquilación de los indios. Hay casos en que el buen fin general justifica los actos implacables y crueles que se cometen en el curso de la historia.»

Benny Morris, historiador israelí

Haz clic para acceder a NLR26002.pdf

Sobre la relación entre Estados Unidos e Israel en lo que concierne a las cuestiones abordadas aquí, nos ocuparemos en otra entrada de esta bitácora.

La historia estadounidense como expediente judicial de un criminal en serie

Resumamos el historial delictivo de la nación-delincuente por definición: los Estados Unidos de América.

Los «americanos» (¿?) -es decir, el «pueblo de Dios»- arribaron a América del Norte como inmigrantes y se instalaron en un «territorio ajeno» ya poblado por unos 5 millones de personas, los llamados indios «pieles rojas». ¿Qué ocurrió? Algo inesperado. El Congreso de los Estados Unidos calificó a los autóctonos amerindios de alimañas (Locke) y autorizó que pudieran ser deportados, saqueados y liquidados. Dicho y hecho. Los indios pieles rojas se desplazaron paulatinamente, a golpe de caballería, hacia el oeste y casi desaparecieron. Todo un pueblo quedó reducido a unos pocos grupos supervivientes residuales. Los correspondientes campos de concentración se denominan reservas.

Así nace el país de la libertad. Su aparición en el mundo queda tipificada bajo dos de las cláusulas del TMI de Nüremberg: genocidio y crímenes contra la humanidad. El genocidio no prescribe. Los EEUU siguen siendo hoy «culpables» según la ley. Y cada presidente de EEUU, junto a su entera administración, hereda del anterior la «imputabilidad» por dichos delitos de dimensiones cósmicas. Capítulo primero.

EEUU es, empero, el país del genocidio por más razones incluso que las expuestas, a saber: porque está ligado estructuralmente al genocidio. No se trata únicamente de un «hecho del pasado» que convenga olvidar. USA es ante todo un dispositivo extractivo. De suerte que, como brazo armado de la oligarquía transnacional, ha continuado cometiendo, convalidando o participando en genocidios (u otros crímenes de masas) que resultan inseparables de la implementación de sus «intereses», es decir, del negocio. Esta simple constatación histórica permite presumir, sin exageraciones, que EEUU no representa ninguna garantía de paz. Antes bien, el Pentágono necesita la guerra y el exterminio como el aire que respira para vivir «a su manera». EEUU se prepara para perpetrar nuevas atrocidades en el futuro y constituye, en definitiva, una amenaza universal.

Siguiente capítulo: esclavitud y exterminio de los negros de África.

Habiendo liquidado cristianamente a la población autóctona, Estados Unidos de América, el país del soldado Ryan, tuvo que importar mano de obra esclava para que alguien trabajara en provecho de los «americanos», es decir, para que sus élites oligárquicas pudieran enriquecerse de lo lindo sin tener que agachar el lomo. Por supuesto, el hecho de que Estados Unidos hubiera enarbolado contra Inglaterra la bandera de la libertad en la Guerra de la Independencia no fue impedimento para que privaran de ella a millones de personas y las obligaran a trabajar contra su voluntad. Un modus operandi harto democrático y liberal, ¿no les parece?

Además, aquellos desgraciados que se resistían a ser explotados como bestias, sin derechos y a la fuerza, eran asesinados in situ. Así es América. Liberal. More Gabriel Albiac (insaciable felador de la «democracia en armas»). También perecieron por millones los esclavos durante el cómodo transporte gratis de un lado al otro del Atlántico, o en los depósitos donde eran «alojados» como mercancía hasta la venta, o a lo largo de su «estresante» vida laboral… El tráfico esclavista incluyó a mujeres y niños. Las cifras de víctimas se cuentan por millones.

La constitución americana utilizó todo tipo de trampas lingüísticas orwellianas para hacer compatible el ideario liberista y la comisión sistemática del crimen. En la actualidad las imposturas prosiguen en orden al reconocimiento de la verdad y a las consecuencias jurídicas que derívanse de la misma:

El debate no está cerrado. Sea como sea, la idea de una reparación moral, más que financiera, recibe hoy el asentimiento de un gran número de estadounidenses. La Conferencia Mundial contra el Racismo, celebrada en Durban (Sudáfica) en septiembre de 2001, ha ido en este sentido, reconociendo que la esclavitud fue un crimen contra la humanidad, y expresando el «pesar» de los países que, de una forma u otra, se habían beneficiado de ella. Sin embargo, Estados Unidos se negó a asociarse a la declaración final, oficialmente para no colocar a Israel y al sionismo en situación de acusados… y quizá también para evitar un debate sobre la esclavitud y sus consecuencias en los propios Estados Unidos -con el alivio de muchos estadounidenses, incluidos dirigentes negros que no estaban de acuerdo con esta cuestión- (Marc Ferro, El libro negro del colonialismo, Madrid, La Esfera de los Libros, 2005, p. 158).

Por tanto, ya tenemos dos delitos tipificados por el TMI de Nüremberg que se pueden aplicar a una parte significativa de sus jueces y fiscales: los estadounidenses. Otra parte de dichos «hombres justos» -antinazis- serían los soviéticos, es decir, como sabemos, unos santos. Pero aquí no toca hablar del comunismo y de sus 100 millones de víctimas. Los liberales occidentales ya han reconocido, en buena hora, que sus antiguos aliados contra el demonio Hitler eran unos criminales. El problema de los ilustradísimos liberales es que no son capaces de «captar», al parecer, que también ellos tienen las manos manchadas de sangre y que el exterminio forma parte del corazón mismo de la doctrina que reivindican tan ufanos cuan cínicos. Demostraremos esta afirmación en próximas entradas de FILOSOFÍA CRÍTICA.

No se trata precisamente de crímenes de masas de dimensiones medianas o pequeñas, porque difícilmente se detecta, en el mundo moderno, algo equiparable -como no sea bajo el propio comunismo- al genocidio de los indios pieles rojas y la esclavitud de los negros, delitos cometidos ambos por el mismo país y sin asumir ninguna responsabilidad (jurídica, moral, cultural y política) en un plazo de tiempo relativamente breve. O a la vez incluso. Los Estados Unidos de América pretenden, a pesar de ello, seguir dando al mundo lecciones de moralidad democrática. Se contonean chulescamente a guisa de policías planetarios «en defensa de los derechos humanos». Sus «aliados occidentales» les secundan. Pero esta farsa no puede continuar más. ¿Con qué autoridad ejerce Washington el azucarado papel de santurrones? Por supuesto, quien así cuestione al «país de la libertad» puede ser el siguiente en la lista de bestias fascistas sacrificadas al bien. El señor policía apesta a mierda pero hay que hacer como si el aire estuviera limpio; él te mira a los ojos con fijeza y grita:
-!Respira! ¿Eh que huele a rosas?
-!Claro que sí, señor policía! !Hasta pongo mi nariz en su culo!
A esto se llama ser demócrata en las zonas «liberadas» por el Pentágono.

Tercer Capítulo. Invasión de México. Habiendo exterminado a los autóctonos y forzado esclavos a que trabajaran gratis, matando a la mitad de ellos por el camino, los antepasados de la actual oligarquía decidieron ampliar su territorio. No como el Führer, ese loco, sino mediante el reparto de confeti. Delante tenían a un Estado soberano que no les había dicho ni mu. Pero los USA apelaron a algo tan racional como un «destino manifiesto», una vieja costumbre oriunda de los tiempos de Jericó. Consideró YHWH que anexionarse el 40% del territorio mexicano era perfectamente coherente con los ideales democráticos, la libertad, la salvación del alma y bla, bla, bla. !Y lo era! Así que los americanos invadieron México y hasta el autor de Das Kapital aplaudió en esta ocasión a los yanquees. A fin de cuentas, los mejicanos eran unos «españoles perezosos» (sic) (los dueños de esclavos, como los actuales «inversores», eran muy trabajadores, tanto que preferían que otros trabajaran para ellos). Esta invasión pura y simple de una nación soberana pero subdesarrollada parecía que iba en la dirección correcta del progreso. Marx dixit.

Estados Unidos continuó en adelante «liberando» países. El siguiente fue España. Para ello simuló un ataque español a un barco de guerra usaco -el acorazado «Maine»- atracado en el puerto de La Habana. Previamente los oligarcas dieron permiso a la oficialidad blanca, pero los negros que había en el navío no importaban, así que los sacrificaron adrede sin pestañear. Un buen 11-S que terminó con la masacre de la flota española. Ya se sabe, la «justicia infinita» de Bush tiene también estas cosillas.

Así que quedan ya computados tres delitos tipificados por el TMI de Nüremberg: genocidio, crímenes contra la humanidad (en dos ocasiones) y crímenes contra la paz (en otras dos ocasiones).

!Y apenas hemos llegado al siglo XX!

En unos cien años, EEUU vulneró la legislación de Nüremberg en cinco ocasiones por lo menos. Campeonato del mundo de Holocaustos: EEUU, 5-Alemania, 1. A mediados del siglo XIX, Washington estaba perpetrando dos «crímenes de masas» de manera simultánea. Comerse un par de naciones fue cosita de nada, algo así como el postre secular antes del eructito Rothschild de 1913 (fecha de fundación de la Reserva Federal).

No había, en efecto, ninguna razón «democrática», ni la más pequeña e insignificante coartada moral o jurídica, que justificara la anexión de México y el ataque a España, entre otras decenas de fechorías similares. Por ello las élites yanquees se las inventaron con todo el descaro e inauguraron de este modo el hábito de mentir que las caracteriza hasta la bochornosa comedia de las armas químicas de Saddam Hussein.

Nos falta, para la colección de la galería del horror impune, el peor crimen de guerra de la historia. Así que me saltaré otras hazañas humanitarias (de Filipinas a Vietnam o Iraq), que se suman a las anteriores, y les recordaré a los orgullosos antifascistas «liberales» que no existe, según la legislación de Nüremberg (en el imposible supuesto de que se aplicara de forma honesta), ningún crimen de guerra comparable a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Se eligió como ofrenda para el holocausto a la población civil japonesa con el fin de ahorrar vidas de soldados americanos, un argumento sencillamente vergonzoso e irracional desde el punto de vista de la legislación de Ginebra (y desde el punto de vista de cualquier reflexión ética, código moral o mero sentido común). Además, las autoridades americanas mintieron incluso en eso, porque el Japón estaba dispuesto ya a rendirse y el uso de la bomba atómica sólo tenía una finalidad política y propagandística: «advertir» a la URSS y demostrar ante los pequeños desafectos el invencible poder del amigo americano. Politiquilla de matón perdonavidas. Los niños japoneses inocentes que perecieron en esa liturgia sacrificial del «pueblo de Dios» (=la oligarquía) fueron objeto de la tecnología de exterminio más sofisticada de la historia. Todavía nadie ha sido capaz de explicarme por qué los EEUU, si pretendían intimidar a sus adversarios, reales o imaginarios, de Moscú, no lanzaron la bomba sobre una isla desierta y fotografiaron sus devastadores efectos. Sigo sin comprender el motivo por el cual había que masacrar a las familias niponas de esa manera tan horrorosa. Y encima una bomba de propina. ¿Por qué, en efecto, Nagasaki suponiendo que cualesquiera de las excusas para Hiroshima fueran válidas? El simple dato «Nagasaki» refuta todos los atenuantes o justificaciones imaginables por nadie que no sea un imbécil o un auténtico sinvergüenza (por ejemplo, Arcadi Espada). La única respuesta a la pregunta que interroga por el Gran Cabrón de Wall Street es que los EEUU estaban actuando como siempre habían actuado desde que una perra los parió por el culo. Nagasaki representaba a la sazón la culminación del proyecto que comenzó (¿comenzó?) con el genocidio de los indios pieles rojas, prosiguió con la esclavitud negra y continuará a sangre y fuego en cuantos lugares la oligarquía tope con alguna resistencia a sus chanchullos de salvación económico-teológicos. Proyecto que, subrayémoslo una vez más, sigue ahí diseñando la próxima atrocidad en cabezas de tarados bíblicos que se consideran «escogidos por Dios». Y, en fin, con el nuevo caso en el expediente del criminal universal, aparecerá oportunamente el discurso «humanitario y democrático» que legitime ante el mundo la grandeza de la causa y, por el contrario, singularidad de Auschwitz. Amén.

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
27 de enero de 2014

Hundimiento de la flota española tras la agresión estadounidense a mi patria. Rajoy olvida, yo no. En memoria de los marineros hispánicos caídos en un inútil y heroico sacrificio.

DOCUMENTACIÓN ANEXA

http://www.globalresearch.ca/washington-drives-the-world-toward-war/5366273

Estados Unidos intenta desatar una tercera guerra mundial con Rusia y China y solo sus propios aliados la podrían evitar, según opinión del periodista y analista político Paul Craig Roberts.
“El cambio de la doctrina militar del país, elevándose el estatus de sus armas nucleares desde el de disuasión y represalia al de ataques preventivos, la construcción de bases antimisiles cerca de las fronteras rusas, así como la militarización de las nuevas tecnologías por parte de EE.UU. dejan claro al Gobierno ruso que Washington está preparando un primer ataque contra Rusia”, contó el experto en un artículo publicado por el portal Global Research.
Para no limitarse solo a Rusia, el Gobierno de Obama encontró otro enemigo: China. Washington declaró el mar de China Meridional como una “zona de interés para la seguridad de EE.UU.”.
“Es igual que si China declarara el golfo de México una zona de interés para su seguridad”, comentó el experto, subsecretario del Tesoro del Gobierno de Ronald Reagan. EE.UU. declaró la transferencia del foco estratégico a Asia, lo que supone que el 60% de la Armada estadounidense se desplace hacia la zona de influencia de China.
Simultáneamente, Washington no escatima recursos para mantener bases navales y aéreas en las Filipinas, Corea del Sur, Vietnam, Australia y Tailandia.
Además se ha alineado con los rivales de China en lo que se refiere a varias islas y zonas aéreas disputadas.
“La actitud militar agresiva de Washington hacia Rusia y China indica una extrema confianza en sí mismo, lo que habitualmente lleva a una guerra”, recalcó Roberts.
Si queda alguien para escribir la historia, el régimen de Obama será recordado como régimen que resucitó la Guerra Fría, para cuya finalización se esforzó tanto el expresidente Reagan, y la convirtió en una guerra abierta. A esto se suman sus insinuaciones sobre una amenaza potencial de que Irán obtenga armas nucleares y las afirmaciones de que un ataque preventivo es indispensable ahora mismo.
Pese al cumplimiento por parte de Irán de las condiciones del acuerdo internacional destinado a resolver la crisis sobre el programa nuclear iraní, EE.UU. sigue agravando la situación al aprobar nuevas sanciones contra la república islámica.
“Si queda alguien para escribir la historia, el régimen de Obama será recordado como régimen que resucitó la Guerra Fría, para cuya finalización se esforzó tanto el expresidente Reagan, y la convirtió en una guerra abierta”, dijo Roberts.
El analista subrayó que los ciudadanos estadounidenses tienen poca, si es que tienen realmente alguna, influencia sobre su Gobierno o comprensión de sus planes.
“Además no existe una oposición organizada que podría representar a los ciudadanos que quieran protestar contra la vía que conduce hacia una guerra mundial“, afirmó. Por eso el analista basa su esperanza en los “títeres” europeos y asiáticos de EE.UU., que se arriesgan sin ningún fin, excepto el de favorecer la hegemonía mundial de EE.UU.
Cree que Alemania podría salvar al mundo de una guerra sirviendo, a la vez, a sus propios intereses.
“Lo único que debe hacer Alemania es salir de la UE y de la OTAN. La alianza se desplomaría y su caída acabaría con la ambición hegemónica de Washington”, explicó

Publicado por ENSPO en 3:21 p. m.

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FUENTE:
http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/01/la-extrema-derecha-que-gobierna-el_21.html

La extrema derecha que gobierna el mundo (2) [reposición]

lunes, abril 21, 2014

La extrema derecha que gobierna el mundo (2). Caracterización sociológica

Continuación de:

http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/01/la-extrema-derecha-que-gobierna-el-mundo.html

Toda acción política requiere, en primer lugar, la identificación del enemigo contra el que lucha.

Las caracterizaciones ideológicas, los fines y valores, los principios estratégicos y las metodologías tácticas de un movimiento, partido o grupo político, son conceptos que giran en torno a la sola cuestión de esa «enemistad» fundamental (Carl Schmitt), que nada tiene de «personal». Como en la guerra un general respecto de otro general o un soldado frente al adversario armado, no «odia» el revolucionario a individuos concretos, sino que pugna sin tregua para derrotar a un antagonista político. En condiciones normales es menester distinguir incluso entre el enemigo propiamente dicho y un mero contendiente coyuntural. Al enemigo se le detesta, pero, incluso a él, «políticamente», no «psicológicamente», como podría odiarse al ofensor de nuestra familia, amigos, bienes u honor.

El enemigo de la izquierda nacional es la oligarquía occidental. Ésta cabe definirla provisionalmente como extrema derecha sionista, racista, supremacista y expansionista. Sus integrantes humanos, sociales e institucionales pueden detectarse en cualquier lugar del planeta, pero singularmente en el hemisferio occidental; y de forma más concreta todavía en las burguesías financieras de Estados Unidos, Israel y Europa. Los oligarcas no conforman una religión, raza o etnia, ni siquiera una clase social, sino un estamento. Su opuesto simétrico son los trabajadores autóctonos. Oligarquía mundial y trabajadores nacionales definen la contradicción principal de la society occidental posmoderna.

Aquello que combatimos es, pues, el opresivo dominio oligárquico. Desde una posición de extrema izquierda -patriótica- de los pueblos contra la extrema derecha -transnacional- de las élites.

El vampiro es un cadáver

parásito en pos de la vida eterna.

Queremos derrotar a los oligarcas en tanto que oligarcas. ¿Judíos, anglosajones protestantes de Wall Street, ingleses de la City, israelíes del Mossad, jeques saudíes, banqueros suizos…? No importa eso. Tienen, los oligarcas, nombres y apellidos. Su neutralización y hasta liquidación física, pero por vías legales (restablecimiento de la pena de muerte contra los genocidas y criminales de guerra o lesa humanidad), forma parte, necesariamente, de la lucha política revolucionaria y democrática. Negarlo sería incurrir en una repulsiva hipocresía «buenista» de la que es menester desprenderse antes de abordar cualquier compromiso político serio. Al final, las élites financieras pagarán por sus atrocidades y los responsables serán ejecutados como traidores a la nación. No hay punto intermedio ni «diálogo pacífico» cuando estamos hablando de enemigos políticos responsables de las peores fechorías que la historia recuerda.

«Odiamos», sí, a los oligarcas, pero se trata, subrayémoslo una vez más, de «odio conceptual»: nada (o poco) sabemos de ellos como sujetos privados y no nos importa si beben agua mineral, vino de Rioja o prefieren el arte abstracto a la música clásica. Nos resultan indiferentes sus creencias soteriológicas o el color de su piel. Aquello que realmente cuenta es lo siguiente: que los oligarcas son los dirigentes, beneficiarios y responsables del aparato de conversión de los entes en [objetos/mercancía+capital+objetos/mercancía] que aniquila los pueblos, las culturas y la naturaleza. Son la Gestell de Heidegger. !Nada más «impersonal» que la Gestell! Pero está encarnada por unas personas y a éstas es menester localizarlas, detenerlas, procesarlas y ejecutarlas; democráticamente, sí, pero sin compasión. Bastará con aplicar las leyes penales y procesales del TMI (Nüremberg), es decir, sus propias normas represivas, antijurídicas mas plenamente vigentes. No podrán protestar por ello.

De hecho, la oligarquía es muy difícil de «caracterizar», porque, precisamente, una de las claves de su poder consiste en permanecer oculta, es decir, en interponer, entre sus personas físicas y el pueblo de las comunidades nacionales a las que explota, devasta y extermina, unos «testaferros», los políticos profesionales, al servicio de entidades formales como «los mercados financieros», la banca, los «inversores», el FMI, la «troica», etcétera. Por tanto, el primer rasgo del sistema oligárquico es su total ausencia de autoridad y capitalidad: la invisibilidad. No podemos identificar, a diferencia de otros poderes históricos, dónde se encuentra la sede física o territorial del dispositivo oligárquico de dominación. Ni sus líderes reales están a la vista. Los vampiros-oligarcas esconden las tumbas donde húrtanse a la luz diurna (la verdad). Hablar de Wall Street, Londres, Washington o Tel Aviv sería expresarse en términos puramente metafóricos. Dicho dispositivo es esencialmente «aéreo» (burbuja financiera) y aterritorial, a la par que críptico y sectario (Club Bilderberg), aunque controle determinados enclaves regionales, ciudades, naciones enteras, estados y espacios «materiales» con sus respectivas sedes capitalinas, administrativas, políticas, económicas… La oligarquía sólo se «territorializa» a medida que desciende de rango en la jerarquía piramidal informal, hecho que permite a los poderes plutocráticos arraigarse y distribuir capilarmente sus tentáculos para extraer los recursos (trabajo, capital) que succiona de manera constante en un ámbito perfectamente acotado (no hay huecos) de vampirización económica. Las élites son extractivas.

La oligarquía y las masas

Parásitos, pues. La celebérrima «ética del trabajo», que difunden a voz en grito los oligarcas y sus esclavos interiorizan con un sentimiento de vergüenza y culpa cuando se encuentran en situación de paro laboral; aquella moral del hombre honrado que los «inversores» imponen al pueblo por la fuerza del adoctrinamiento y la presión social, calificando de zánganos improductivos a los «pobres» y «fracasados», es sólo la cínica estrategia discursiva de hediondas garrapatas tumbadas en hamacas junto a piscinas de lujo. El siervo del capitalismo tiene que desear ofrecer su sangre voluntariamente y cifrar en el hecho de ser explotado su identidad y valía personal. El «trabajo» de la sanguijuela financiera consiste, empero, en llamar por el móvil a su bróker una vez a la semana para informarse sobre la volumen de beneficios succionados al esfuerzo ajeno. !Y ningún desgraciado desprecia a semejante engendro, nadie le acusa, si es el caso, de no haber trabajado jamás -menuda suerte- y engordar aún más su bolsa sin dar un palo al agua! Antes bien, todos los patéticos desgraciados y fanáticos de la «ética del trabajo» (para tontos) querrían ser como el chupóptero bursátil.La estructural «opacidad» del alto poder oligárquico representa la otra cara de su principal instrumento de dominio, a saber, la «información», entendiendo por tal, no tanto un contenido realmente formativo o veraz, cuanto unas cadenas sígnicas manipuladas, fraudulentas, propagandísticas o «ideológicas» en el sentido marxista del término. El poder de la oligarquía se basa, ante todo, en «lo simbólico» y, captado el signo, en la mentira (el signo está «invertido»), no sólo (o exclusivamente) en la simple coacción o fuerza policial/militar. Es el «lavado de cerebro», vehiculado por los denominados «medios de comunicación», por la propaganda política y comercial, el «mundo de la cultura» y la «educación», aquéllo que aparece en primera línea para mantener apaciguadas y políticamente sometidas a «las multitudes» (Negri, Hardt). Dicha «información», en el sentido de lo «informe» (carente de forma), constituye mental y axiológicamente al hombre-masa.

El hombre-masa es, ante todo, temeroso y obediente, no quiere «problemas», pide únicamente «salario», es decir, ser explotado de forma más o menos razonable, de suerte que pueda disfrutar, como poco, de algunos objetos de consumo que marcan el estatus del «individuo» como miembro de la society. La masa es el correlato sociológico subordinado de las élites en el interior del imaginario oligárquico. Por tanto, la masa es también un estamento. Porque en la sociedad posmoderna ya no existen las clases sociales. La movilidad social burguesa clásica ha quedado definitivamente congelada. El hombre masa sueña con ascender, pero sólo se «trepa» en tanto que afecto a la oligarquía y con independencia de los méritos, capacidad o esfuerzo.

Cuando hablamos de «trabajadores» como antagonistas sociales de la oligarquía, el significado de este término es, por tanto, normativo, no descriptivo; y político, no meramente económico. El «trabajo» define aquí una actividad creadora y reproductiva del pueblo que se justifica por sí misma al servicio de la comunidad nacional, nunca jamás en provecho de las «élites» propietarias del capital financiero (que, subrayémoslo una vez más, no trabajarán jamás). Cuando un poeta escribe poesía, eso es trabajo aunque no reciba salario «a cambio»: su tarea representa un fin en sí mismo. El trabajo se justifica por su valor social y cultural. La madre trabaja al educar al hijo, pero no «cobra» (normalmente) por ello. Cuando el empleado de un McDonald’s sirve, en cambio, una hamburguesa repleta de gusanos, no trabaja, porque su única finalidad es la remuneración. Sólo significa «trabajo» aquello que haríamos por deber o vocación en cualquier circunstancia y con orgullo. No será verdadero trabajo las tareas que realicemos únicamente para recibir unas monedas, «puesto» que abandonaríamos inmediatamente -para disfrutar de unas vacaciones- si el dueño no nos pagara. Obligación y deber son palabras que mientan conceptos éticamente opuestos. El deber y la vocación profesional definen al trabajador. La obligación y el salario caracterizan al semiesclavo hombre-masa bajo el dominio oligárquico. Por eso el hombre-masa es esencialmente un consumidor, un aspirante a oligarca, no un trabajador; y de ahí también que las sociedades oligárquicas estén destinadas a la ruina económica, a la quiebra de las instituciones de protección social y, llegados a este punto fatal e inevitable, al restablecimiento de la esclavitud laboral descrita por Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra (obra que vuelve a estar vigente después de un siglo de ostracismo literario).

La tortura como método sistemático y legal
de represión en las «democracias» antifascistas.

En segundo lugar, la oligarquía dispone de medios tecnológicos suficientes para aplastar materialmente cualquier revuelta de masas que, en el supuesto de una fractura o brecha en la campana simbólica virtual de narcotización de los productores/consumidores/contribuyentes (que no «ciudadanos»), pudiera amenazar mediante la violencia física las instituciones políticas del sistema estatal (pseudo) «democrático».

La oligarquía, empero, es muy capaz de utilizar el crimen de forma habitual en la periferia de su dominium, concepto que implica, pese a lo dicho más arriba, una cierta espacialidad concéntrica que se refleja en su estructura social jerarquizada. Centro/periferia son nociones que no identifican las relaciones tradicionales entre una capital imperial y unas colonias, sino «campos operativos» en los que el método de explotación/extracción y el trato dado a los dominados es cualitativamente distinto. El «imperio» no existe, se trata de un invento «antifascista» de Petras y Negri. La oligarquía es anti-imperial por esencia, y quien no entienda esto no ha entendido nada.

En los ruinosos márgenes (vertederos humanos y ecológicos) de la «Franja Aérea» (Orwell), el dispositivo oligárquico sustenta dictaduras policiales dispuestas a exterminar sin contemplaciones a sus súbditos, y así protocoliza los patrones de actuación allí donde la apariencia de la «democracia» es tanto más frágil cuanto más onerosa e «innecesaria» (el montaje de cartón piedra democrático resulta «caro», «insostenible» ya incluso).

En las «zonas centrales» la violencia (secreta, tecnificada, profesional) «sólo» es empleada normalmente de forma selectiva contra los disidentes más peligrosos o contra personas «incontroladas» que, por diversas razones, poseen información capaz de perjudicar a determinados intereses oligárquicos (por ejemplo, Joan Cogul fue asesinado por la mafia catalana, es decir, por la oligarquía local, cuando iba a declarar contra determinados dirigentes políticos nacionalistas).

Las oligarquías a las que tenemos que enfrentar, en primera instancia, son las que operan como tentáculos del poder oligárquico mundial en nuestra propia patria. Pero si olvidar que la «política nacional» y la «política internacional» jamás funcionan a modo de compartimentos estancos. No existe ya «política nacional», la soberanía de los estados (excepto EEUU/Israel) ha sido suprimida hace décadas. Cuando luchamos contra Rajoy, estamos, al mismo tiempo, luchando contra Bruselas, el FMI, Wall Street y Tel Aviv. Ignorar esta realidad sería ingenuidad o un ejemplo de suicidio político.

Jaume Farrerons

La Marca Hispànica

16 de enero de 2014

DOCUMENTACIÓN ANEXA

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/85738-carceles-secretas-CIA-tortura-eeuu

Al servicio de la CIA: 54 países colaboraron en torturas y cárceles secretas

Un informe redactado por la organización de derechos humanos Open Society Justice Initiative (OSJI) sostiene que al menos 54 países cooperaron en los secuestros, detenciones y torturas, ejecutados por la CIA tras los ataques del 11-S.

El extenso documento de 213 páginas preparado por la organización con sede en Nueva York pone al descubierto que más de una cuarta parte de los Gobiernos del mundo ofreció secretamente su apoyo a los servicios secretos estadounidenses, sin lo cual la CIA no habría podido operar su programa, según la OSJI.

«No cabe la menor duda de que altos funcionarios de la administración de (George) Bush son responsables por haber autorizado las violaciones de derechos humanos relacionadas con las detenciones secretas y entregas extraordinarias de personas, y la impunidad de que han disfrutado hasta la fecha sigue siendo motivo de gran preocupación», dice el informe.

Las operaciones de detenciones secretas y entregas extraordinarias, elaboradas para llevarse a cabo secretamente fuera de Estados Unidos, no podrían hacerse realidad sin una participación activa de Gobiernos extranjeros»

«Pero la responsabilidad de estas violaciones no se agota en Estados Unidos. Las operaciones de detenciones secretas y entregas extraordinarias, elaboradas para llevarse a cabo secretamente fuera de Estados Unidos, no podrían hacerse realidad sin una participación activa de Gobiernos extranjeros. Estos Gobiernos también deben responder por ello».

Según la OSJI, el listado de esos Estados incluye países como Pakistán, Afganistán, Egipto y Jordania, donde existieron cárceles secretas donde se practicaron torturas durante varios años. Países como Irlanda, Islandia y Chipre son acusados de haber concedido una ayuda solapada al programa al permitir el uso de su espacio aéreo y sus aeropuertos en operaciones de entrega.

Canadá no solo permitió el uso de su espacio aéreo, sino que también proporcionó información sobre uno de sus ciudadanos, según el informe.

Muchos de los países de la lista son europeos. Alemania, España, Portugal y Austria están entre ellos, mientras que Francia, los Países Bajos y Hungría no. Georgia es acusada de haber participado en la entrega, mientras que Rusia no figura en la lista.

Algunos países, como Polonia, Lituania y Rumania, colaboraron albergando cárceles secretas en su territorio.

La publicación del informe parece haber sido programada para coincidir con las audiencias de aprobación de la candidatura de John Brennan, fijados para este jueves. Se prevé que Brennan, elegido por Barack Obama para encabezar la CIA sea interrogado sobre su presunta relación con las operaciones secretas y torturas durante los mandatos de Bush.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/85738-carceles-secretas-CIA-tortura-eeuu

http://www.telesurtv.net/articulos/2013/02/06/obama-dice-que-su-politica-de-asesinatos-es-legal-etica-y-sabia-303.html

Obama dice que la práctica de asesinatos selectivos es «legal, ética y sabia»

Miércoles 6 de Febrero de 2013, 05:28 am

El secretario de prensa de la Casa Blanca sostuvo que los asesinatos selectivos con drones “son necesarios para mitigar las amenazas reales en curso, detener las parcelas, prevenir futuros atentados y salvar vidas estadounidenses. Los ataques son legales, éticos, y sabios».

El presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, reafirmó su defensa a su política de “asesinatos selectivos” con aviones no tripulados, incluso contra ciudadanos norteamericanos considerados como una “amenaza” para la “seguridad nacional”, por ser una práctica «legal, ética y sabia».

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, declaró este martes que los asesinatos selectivos con drones “son necesarios para mitigar las amenazas reales en curso, detener las parcelas, prevenir futuros atentados y salvar vidas estadounidenses. Los ataques son legales, éticos, y sabios».

Carney afirmó que el presidente Obama “se toma muy en serio su responsabilidad de proteger a los Estados Unidos y sus ciudadanos”, motivo por el cual cree totalmente apropiado apuntar a sospechosos de terrorismo en cualquier parte del mundo, independientemente de su país de origen.

«A veces usamos aviones dirigidos por control remoto para realizar ataques sobre determinados terroristas de Al-Qaeda, con el fin de prevenir atentados contra nuestro país y nuestra gente», señaló.

Washington utiliza drones para bombardear “objetivos terroristas» en diferentes países de África, medio Oriente y Asia. Sin embargo, los gobiernos de Yemen, Pakistán y Afganistán -principales naciones afectadas- han denunciado en reiteradas ocasiones que la mayoría de las víctimas son civiles, sin vínculos con el terrorismo.

Recientemente, un memorando del Departamento de Justicia se filtró en la prensa estadounidense, en el que Washington justifica el aumento en el número de ataques aéreos durante la gestión de Obama, incluyendo los destinados a ciudadanos de este país.

Ciudad anti-drone

Esta semana, Charlottesville, en el estado de Virgina (este), se convirtió en la primera ciudad estadounidense en aprobar una resolución contra el uso doméstico de drones, porque “atentan contra los derechos civiles, la integridad y la privacidad de las personas”.

Actualmente, Virginia no utiliza estos aviones no tripulados, a pesar de que algunas agencias policiales locales y estatales manifestaron interés en esos robots para mejorar las tareas de vigilancia.

Los detractores de estas aeronaves en Virgina los llaman «robots asesinos» y aseguran que su uso “atenta contra la privacidad de las personas y sus derechos civiles”.

El Concejo de la ciudad de Charlottsville aprobó, en una votación cerrada, una resolución que, entre otros elementos, establece una moratoria de dos años al uso de los aviones no tripulados en Virginia, justo cuando otros estados también sopesan medidas para restringir su uso.

La resolución también insta al Congreso Nacional y a la Asamblea General de Virginia a «adoptar una legislación que prohíba que la información obtenida mediante el uso doméstico de los drones se utilice en tribunales estatales y federales».

Al final los oligarcas pagarán por sus crímenes
y no debemos sentir piedad hacia ellos.

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/85737-Obama-drones-asesinatos-selectivos-legal

AFP / JULIANNE SHOWALTER / US AIRFORCE. Un documento recientemente filtrado y descrito por defensores de los derechos humanos como «escalofriante», detalla la justificación legal de los asesinatos selectivos con drones estadounidenses.

La cadena NBC News publicó recientemente una copia de un memorando de 16 páginas que detalla el razonamiento jurídico de estos asesinatos selectivos con drones. Un documento que fue facilitado a los miembros del Senado y los Comités de Inteligencia Judicial en junio de 2012, a condición de que no fuera discutido públicamente.
El texto sostiene que EE.UU. está operando legalmente para matar «a los principales líderes operativos de Al Qaeda o de una fuerza asociada», incluso si una persona es ciudadano de EE.UU. y no existe evidencia de que planee llevar a cabo un ataque contra ese país.

Básicamente, sostiene que el Gobierno tiene el derecho de llevar a cabo la ejecución extrajudicial de ciudadanos estadounidenses».

Para tomar la decisión es suficiente con que un funcionario del Gobierno de EE.UU. “de alto nivel” y con “conocimiento de causa” determine que el objetivo del asesinato ha estado «recientemente» implicado en «actividades» que representan una amenaza de ataque violento y que «no hay evidencia que sugiera que ha renunciado o abandonado esas actividades «, dice el documento.

El subdirector jurídico de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, Jameel Jaffer, ha calificado el texto como «un documento escalofriante».»Básicamente, sostiene que el Gobierno tiene el derecho de llevar a cabo la ejecución extrajudicial de ciudadanos estadounidenses”, dijo Jaffer a NBC News.

Senadores exigen a Obama una base jurídica para los asesinatos selectivos con drones

Pese a todo, el Gobierno estadounidense aparentemente tiene pocas intenciones de establecer restricciones respecto a los asesinatos selectivos llevados a cabo por sus drones y numerosos grupos civiles y políticos continúan exigiendo que la administración de Obama publique las bases legales para el empleo de drones para ataques mortales.

Un grupo de 11 senadores escribió este lunes una carta al presidente exigiéndole que publique todos los memorandos del Departamento de Justicia que establezcan la justificación legal del Gobierno de EE.UU. para el uso de aviones no tripulados armados u otras operaciones de contraterrorismo para matar a ciudadanos estadounidenses sospechosos de ser terroristas.

Los senadores, ocho de ellos demócratas y tres republicanos, también dieron a entender que los nombramientos de altos funcionarios, como el de John Brennan para dirigir la CIA o incluso el de Chuck Hagel como Secretario de Defensa, podrían estar en juego si Obama no hace públicos dichos textos clasificados.

«La cooperación del Poder Ejecutivo sobre este asunto ayudará a evitar una confrontación innecesaria que podría afectar a la consideración del Senado de los candidatos para los puestos de seguridad nacional», afirmaron.

Los senadores sugirieron al mandatario que evite intentar bloquear la publicación de los documentos, apelando a algún “privilegio” legal en el caso de que desee “dejar claro que no está sentando un precedente que pueda aplicarse a otros tipos de documentos».

http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95041

http://www.es.amnesty.org/contra-terror-justicia/eeuu-y-la-guerra-contra-el-terror/eeuu-secuestra-y-tortura/

Publicado por ENSPO en 3:34 p. m.
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FUENTE:
http://nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/01/la-extrema-derecha-que-gobierna-el.html

109) Bagatelas para un pueblo masacrado y hundido

Postcard-2013-Frauen-01File2622(1) - copiaDOMINGO, 13 DE ABRIL DE 2014

109) Bagatelas para un pueblo masacrado y hundido
Bagatelas para un pueblo masacrado y hundido. (¿Para cuándo una ‘semana santa’ que dé cuenta de “la pasión, muerte, y resurrección de los pueblos aryas”?)

Manu Rodríguez. Desde Europa (12/04/14).

*La realidad ha corroborado los temores y sospechas –las peores previsiones– que los nacionalistas del pasado siglo tenían acerca de los judíos. Ya nadie puede negar el control que estos ejercen sobre el ‘dinero’, los gobiernos, y la opinión pública en buena parte del planeta. Su dominio en estos ámbitos es poco menos que absoluto.
Si la alienación económica es preocupante, la alienación cultural (ideológica, espiritual) resulta verdaderamente inquietante. Es el dominio de las claves culturales (simbólicas) de un pueblo lo que hace posible su ulterior alienación económica, social, política, e incluso racial –los nuevos amos han establecido, contra toda evidencia (aunque ‘científicamente’), la inexistencia de razas o etnias; es el primer paso hacia el mestizaje global.
El grado de alienación de la opinión pública, en todos los estratos sociales y culturales, es asombroso. No son raros los artículos y ensayos donde los autores se preguntan cómo intelectuales de la talla de Heidegger, Schmitt, Céline, o Pound (entre miles otros de mayor o menor importancia) apoyaron la causa fascista o nazi. Se habla de abyección, de aberración, de perversión, de delirio, de paranoia, de locura… de la fascinación del horror, de la banalidad del mal… de mentes enfermas, en definitiva. Todo es poco para intimidar a los posibles buscadores de la verdad, y para evitar la difusión y promoción de tan ‘peligrosos’ ideales (aquí hay que preguntar: ¿peligrosos para quién?). Batallones de sociólogos, filósofos, psicoanalistas, semiólogos, ensayistas de todo tipo… (judíos y no judíos) se encargan de ello.
Excluyo a los judíos en lo que voy a decir, pues estos sí saben lo que hacen. Pero al resto de los críticos del nazismo o fascismo les digo que: ¿No es justamente la talla de estos pensadores y creadores lo que debería disipar vuestra perplejidad? Precisamente las cumbres intelectuales del siglo XX en arte y pensamiento. Lo normal es preguntarse qué podría tener el fascismo o el nazismo (sus verdaderos discursos) para que estos se inclinasen a su favor.
Estos pobres diablos, estos desgraciados, esta tropa de goys (este ganado), estos pseudo-intelectuales de ‘izquierda’, ‘progresistas’, ‘universalistas’, ‘multiculti’… son el producto más acabado de la manipulación (del lavado de cerebros) de los pueblos aryas. Pero, ¿qué podemos esperar de la educación anti-nacionalista, multiétnica y multicultural que recibimos en nuestras escuelas, institutos y universidades desde finales de la IIGM? Por no hablar de los medios de comunicación y de los entretenimientos que nos ofrecen los media –sus poseedores– (cine, prensa, publicaciones de todo tipo, la televisión –con sus informativos, sus tertulias, sus series y documentales, su publicidad…). Es pura propaganda lo que recibimos. En todas partes y en todo momento. Es una atmósfera ideológica y espiritual inmunda, poluta, contaminada… letal para los nacionalistas, abortiva –que procura abortar todo conato de nacionalismo.
(Digamos que los judíos están alterando la atmósfera biosimbólica de las naciones del planeta en su único beneficio. Sólo ellos sobrevivirán en el futuro como pueblo. Esto que digo recuerda a uno de esos espeluznantes relatos de ciencia-ficción (la alteración de la atmósfera del planeta por una especie extraterrestre; por ‘aliens’ venidos de fuera). Pero no hay ficción aquí. Está sucediendo realmente ahora, a nuestro alrededor. Lo estamos viendo con nuestros propios ojos, en nuestros mismos pueblos y ciudades. La degradación de las hasta ahora naciones étnica y culturalmente homogéneas (las naciones blancas en particular). Si todo continúa como hasta ahora, no quedará del árbol de los pueblos y culturas del mundo sino la rama judía, el resto de los pueblos habremos desaparecido.)
El nazismo (el nacionalismo étnico y cultural arya) es el mal. Ésta es la cantinela. Es ‘satán’, es el adversario, el enemigo… Esto, dicho mil veces y de mil formas, ha acabado incrustándose en nuestros cerebros. Cuesta un trabajo ímprobo liberarse de tan omnipresente representación –tan insidiosa; tan enemiga; tan contraria a nuestros propios intereses étnicos y culturales. Son héroes, ciertamente, aquellos que lo consiguen.
Es una vergüenza esto que digo, y dice muy poco a nuestro favor. Habla más bien acerca de nuestra ingenuidad, de nuestra candidez, de nuestra falta de lucidez, de nuestra falta de sentido crítico, de nuestra necedad…; de cuan fácilmente manipulables resultan nuestra gente y nuestros pueblos.
Han conseguido convencernos, estos estafadores, de que aquello que nos está destruyendo, aquello que está acabando con nosotros (con nuestros pueblos), es nuestro bien. No tendremos, empero, ningún futuro si tales discursos continúan prevaleciendo.
Alguien el siglo pasado, creo recordar que Brasillach, hablaba de la ‘revuelta de los nativos, de los indígenas’. Esto es lo que se trata de impedir. Por ello el proceso de adoctrinamiento anti-nazi o antifascista comienza en la misma infancia.
Nosotros los pueblos aryas no tenemos otros enemigos que aquellos que procuran nuestro mal –aquellos que buscan nuestra destrucción. Es esencial para nuestra supervivencia saber detectar al enemigo, saber detectar aquello que nos hace mal. Y combatirlo. Y no otra cosa es lo que hacía y hace el nazismo o el fascismo. El nazismo implica, entre otras cosas, una educación para la salud étnica y cultural de nuestros pueblos. Instruye a nuestros pueblos para detectar al enemigo, y les alienta para combatirlo.
El enemigo no es el otro, cualquier otro, sino únicamente aquel que busca nuestro mal. Simplemente.
El nazismo no combatía (ni combate en la actualidad) contra otros pueblos ni otras culturas o razas, sino únicamente contra los judíos –debido al peso y la influencia económica y cultural que estos tenían, en aquellos momentos, en Alemania y en casi toda Europa. No sólo la industria, la banca o el comercio, también la política, las artes, los medios de comunicación… Todo, prácticamente, estaba en sus manos. La judaización de Europa caminaba a pasos agigantados. (¿No es todo esto, acaso, lo que continuamos viviendo en nuestros días?) Había que librarse de ellos, expulsarlos; purgarse, purificarse. Recuperarse. Reconquistarse. Volver en sí.
La revuelta de los nativos, esto fue lo que sucedió con el nazismo alemán (más que con el fascismo italiano). El renacimiento de los pueblos indígenas europeos desde sus propias fuentes étnicas y culturales. Esto es lo que se pretendía (y se pretende). Y no en otra dirección caminaba la revolución nacionalista germana. Se trataba (y se trata) de la recuperación, de la reconquista de lo nuestro. De volver a tomar las riendas de nuestro destino.
La revuelta de los nativos se hace necesaria también ahora, pues seguimos padeciendo las mismas opresiones y manipulaciones, y el mismo proceso de judaización (no de ‘americanización’, como algunos bobos piensan). La guerra no ha acabado.
La cristianización de los pueblos aryas fue una fatalidad. Ahí comenzó nuestra errancia, nuestro vagabundeo, nuestra deriva; nuestra alienación y exilio espirituales. Desde ese momento perdimos el norte, el camino –nuestro camino. Fue el peor paso que hayamos podido dar en nuestra historia. Aquel error fatal. Ahí comenzamos a ignorarnos a nosotros mismos. La islamización posterior de algunos de nuestros pueblos llovía sobre mojado, e igualmente la judaización de los tiempos que corren. Las ideologías semitas han marcado nuestro destino y gobernado nuestras vidas desde hace casi dos mil años. Llevamos milenios sirviendo a dioses y pueblos extranjeros.
¿Qué pretendía (y pretende) el nacionalismo étnico, y cultural? Justamente acabar con esto –con esta alienación, con este extrañamiento. Acabar con milenios de privación y de exilio –la privación y el exilio del ser (propio).

*El elogio y la recomendación de la mentira, de la violencia y del terror que encontramos en las obras de Lenin, Trotsky y otros judeo-bolcheviques no parecen preocupar a nadie. Las obras de estos ‘estrategas’, de estos inductores al asesinato y la matanza (cuando no ellos mismos verdaderos asesinos) de burgueses y fascistas se siguen reeditando y estudiando, sin censura ni crítica, e incluso a ellos mismos se les sigue exaltando y glorificando en las cuatro esquinas del planeta.
El marxismo y el comunismo con su dosis de destrucción (desde sus orígenes, desde Marx y Engels), así como con sus millones de víctimas –desde la revolución rusa hasta la camboyana de Pol Pot– tampoco parecen sorprender ni escandalizar a nadie. ¿Por qué? Los marxistas y comunistas se pasean impunes, arrogantes, y con la conciencia muy tranquila por todos lados. ¿Cómo es esto posible?
Yo reto a investigadores y curiosos a que rebusquen en los textos de los autores clásicos fascistas o nazis, a ver si encuentran recomendaciones o estrategias semejantes –tan innobles, tan deshonestas, tan terroríficas. Una ‘asociación de malhechores y criminales’ eran los judeo-bolcheviques, una mafia criminal. Nadie les juzgó ni le recriminó en su momento por sus continuados ‘pogroms’ contra los ‘otros’ (realeza, nobleza, clases medias, mandos del ejército, jerarquías eclesiásticas, profesionales de la medicina, del derecho…, campesinos (kulaks), cristianos, rusos blancos (los anti-rojos, la oposición armada), ucranianos…; contra la flor de la gentilidad, sin más). Fueron los nazis, sin embargo, los juzgados bajo acusaciones que no convenían sino a estos judeo-bolcheviques, a esta verdadera “asociación de malhechores y conspiradores” que dominaron el escenario soviético durante al menos sus primeros treinta años. Los tres decenios de terror rojo.
Repito una vez más que mientras los crímenes de los judeo-bolcheviques están contrastados y documentados, para los crímenes atribuidos a los nazis se carecen de pruebas (como es obvio, dado que son crímenes ficticios). La ausencia de pruebas la admiten hasta los técnicos ingenieros encargados por la parte acusadora (judíos) de la cuestión concerniente a las cámaras de gas y otros modos de exterminio (según el ‘testimonio’ de los judíos). El último, R. J. Van Pelt, que intervino en el juicio contra Irving (1998), llegó a reconocer, en entrevistas posteriores al juicio, la casi total ausencia de pruebas (hasta en el 95% de los casos, declaró abiertamente).
Podríamos hablar también de las usurpaciones, de las imposturas, de los crímenes de los demócrata-liberales en todo el planeta –desde su entrada en la IIGM hasta nuestros días.
¿Tenemos que excusar, pues, los genocidios cometidos por los judíos y que aparecen reflejados en su libro sagrado, el lenguaje homicida y los crímenes del judeo-islamismo igualmente patentes en su libro sagrado, o la criminal historia del judeo-mesianismo?
¿Vía libre, entonces, para perseguir y asesinar a los fascistas, así como a los goys, los infieles, o los paganos? Todo parece indicar que de esto se trata. Los nazis somos ahora los nuevos paganos, los nuevos infieles a perseguir. Ciertamente, nosotros no creemos ni en vuestros dioses, ni en vuestras ‘revelaciones’ religiosas, ni en vuestras instituciones democráticas, ni en vuestras “declaraciones o cartas de derechos humanos”… Ya no creemos en vosotros; ya no os concedemos el menor crédito.
Judíos, cristianos, musulmanes, demócratas, comunistas… Todos, parece, pueden matar y quitar de en medio a quien les contradiga o les estorbe. Les excusa la buena intención de su doctrina –su preocupación por la humanidad, dicen. Ellos matan por el bien de la humanidad. Son los crímenes de los ‘buenos’ (en palabras de Bochaca). Perfectamente legítimos y fundados (según las leyes que ellos mismos redactan e imponen).
Muchas y funestas son las ramas del árbol judío: el cristianismo, el islamismo, la vieja (y ya inútil) masonería, el marxismo, el comunismo, la actual economía política (el universalismo, el globalismo demo-liberal); Freud, Boas, Adorno, Marcuse, Derrida… Esta vieja ilustración alemana (año 1944) no da cuenta de todas

La oscura, la siniestra, la sombría, la negra historia de estos miserables. Ellos sí que son la peste, el mal universal. Perversos, crueles, deshonestos, falaces. Ellos sí que son los maestros, los señores de la masacre. Sin la menor duda.
El nazismo germano, más que el fascismo italiano, fue (y es) el único que tuvo (y tiene) el valor de enfrentarse a esta escoria humana, a estos monstruos. Y así nos fue; y así nos va. Pero no está derrotado el nazismo –aún respira, aún vive, aún se mueve.
*Las organizaciones internacionales y transcontinentales que se nos imponen son los instrumentos económicos, jurídicos, y militares que usan los nuevos señores para gobernar el mundo. La ONU, con su Comité de Seguridad, su Fondo Monetario Internacional (FMI), y su Corte Internacional de Justicia (CIJ)…; la Organización del Tratado del Atlántico Norte (la OTAN) verdadero ‘caballo de Troya’ que opera en multitud de países…; la absurda e irrelevante –políticamente hablando– Unión Europea (UE), la ambiciosa Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE, Acta de Helsinki –1975), que cuenta con una particular policía que vela por la ‘pureza’ de las instituciones democráticas y por el cumplimiento de los derechos humanos: la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos (ODIHR –en inglés), creada cuando la “Carta de Paris para una ‘Nueva’ Europa” (1990); la Corte Penal Internacional (CPI), cuyo Estatuto (Estatuto de la Corte, Estatuto de Roma) ha sido firmado pero no ratificado por los Estados Unidos e Israel…
(Esto es lo de siempre: “Haz lo que yo diga, no lo que yo haga.” Esto es: “Obedece mis palabras, no imites mis actos. Nosotros somos el pueblo elegido, a nosotros no nos afecta ley, nosotros imponemos la ley.” La ley no afecta a los señores. Los señores pueden comportarse como les venga en ganas. En esto parece consistir todo.)
Está claro que estamos ante las nuevas tablas de la ley, el nuevo decálogo, el novísimo evangelio –para los pueblos otros.
Organizaciones, Instituciones, Tratados internacionales o supranacionales que no tienen otra finalidad que impedir la soberanía, la independencia, y la libertad de las naciones o Estados parte. Estos dispositivos, estos ‘mecanismos’, son los modernos instrumentos (jurídicos, económicos y militares) represivos y de dominio. Dirigidos fundamentalmente a evitar todo nacionalismo, toda independencia, toda legislación privada de los pueblos, todo desvío de la ‘norma universal’.
El enemigo ya no necesita de sociedades secretas o semi-secretas (masonería u otras) para dominar a nuestros pueblos. Todo lo que precisaba ha logrado introducirlo paulatinamente en nuestras legislaciones (desde la Revolución francesa a nuestros días). Ahora nos rigen leyes ‘universales’ (transétnicas, transculturales, trans-confesionales…). La revolución ideológica (política, cultural…) llevada a cabo, en su origen, para promocionar la integración y la igualdad de los judíos en Francia (que finalmente alcanzaría a toda Europa), en la actualidad favorece a cualquier extranjero recién llegado, venga de donde venga, que acaba gozando (en virtud de esas leyes universales) de los mismos derechos de ciudadanía (políticos y demás) que los autóctonos. Aquella revolución, tan ‘humana’ y tan ‘democrática’, fue el principio del fin para las naciones étnicas ancestrales europeas –y para el resto de las naciones étnicas del planeta, si todo continúa como hasta ahora.
En su momento tendremos que promover referéndums para salir de las organizaciones e instituciones internacionales (ONU, OTAN, OSCE, CPI…). Como hizo Hitler para salir de la Sociedad de Naciones en 1933. Propia legislación, propia constitución, propia regulación… Ejercer plenamente la independencia, la libertad, y la soberanía. Autonomía, autogobierno, autorregulación.
Necesitamos organizaciones e instituciones puramente aryas (étnica y culturalmente aryas), incluidos partidos nacionalistas aryas y sindicatos de trabajadores aryas. Al igual que los vascos, por ejemplo, tienen partidos nacionalistas vascos y sindicatos de trabajadores vascos. Éste es el riguroso nacionalismo que tenemos que practicar.
Ténganse en cuenta los ‘derechos humanos’ relativos a la ‘no-segregación’ o ‘no-discriminación’ que conciernen a los derechos de los extranjeros o emigrantes (judíos, musulmanes asiáticos y africanos, amerindios, chinos…) integrados o asimilados en nuestras naciones y con derechos de ciudadanía y todo lo demás (ellos, y sus familias). Obsérvese ahora la situación (política, económica, jurídica…) en la que quedamos los ‘indígenas’ blancos europeos. Nuestro grado de libertad, independencia o soberanía al respecto es nulo. Tenemos que soportar quietos y en silencio esta riada, este diluvio, esta marea; este tsunami demográfico destructor. Perderemos ‘nuestra tierra, territorios, y recursos’, desapareceremos incluso –en el nombre de los ‘derechos humanos universales’. No sé si podremos usar en su momento la ‘declaración (de las Naciones Unidas) sobre los derechos de los pueblos indígenas’ (en su 107a. sesión plenaria; 13 de septiembre de 2007).
Los señores usan ahora leyes y tratados universales en virtud de los cuales lanzan contra los Estados que les presentan la más mínima oposición sanciones económicas, guerras e invasiones, y juicios a sus presidentes de gobierno o jefes de Estado so pretexto de atentar contra cualquiera de los artículos de las leyes internacionales vigentes (inspiradas en los ‘derechos humanos universales’). Lo llevamos viendo desde finales de la IIGM.
Hasta que punto nuestros juristas siguen siendo deshonestos y falaces puede observarse en la creación de esa Corte Penal Internacional (la ‘Internacional Criminal Court’) en 1998 (Estatuto de Roma), cuyo referente fue aquella farsa del juicio de Núremberg –desde la “Charter of the Nürnberg International Military Tribunal” (Carta de Londres), hasta la “Opinion and Judgment of the International Military Tribunal for the Trial of German Major War Criminals”. Estos últimos textos contienen ni más ni menos que la versión histórica oficial (judía) que nuestros historiadores (y juristas, y políticos) sostienen, explotan, y divulgan hasta el día de hoy acerca de lo sucedido en la Alemania ‘nazi’ y la IIGM. Pueden consultarse las páginas siguientes:
http://derechos.org/nizkor/impu/tpi/eng.html
http://www.icc-cpi.int/EN_Menus/icc/Pages/default.aspx
Recomiendo a los lectores, como contraste, y como catártico, los dos preciosos textos de M. Bardèche sobre los juicios de Núremberg, escritos al filo casi de estos (editados los años 1948-1950).
Todo el arsenal jurídico que nos silencia, nos atenaza y nos impide todo movimiento, y toda defensa, se fundamenta en una mentira; toda esta normativa represiva que tiene a los judíos como autores o instigadores.
Pese a que hubo importantes juristas, historiadores, y militares (altos mandos de los ejércitos aliados) que cuestionaron tanto la veracidad de los testimonios en contra de los acusados, como la legalidad del juicio y sus conclusiones –con su relato final de los sucesos–, resultó ser a la postre la ‘historia’ que hoy se le cuenta a todo el mundo. Los réditos y beneficios que tan inmensa, tan monstruosa, tan criminal estafa han proporcionado a los reales, a los únicos vencedores de la IIGM –una vez más, los judíos– han sido y siguen siendo numerosos y operan aquí y allá –en lo político, en lo jurídico, en lo económico, en ‘seguridad y defensa’…
De aquella farsa surgieron la ONU, (y su ‘Carta de Derechos Humanos’), la OTAN, la OSCE (y su mecanismo de la ‘dimensión humana’ –en la ‘Carta de París para una ‘Nueva’ Europa), la CPI…; surgieron los dispositivos jurídicos, económicos, y militares; los instrumentos, las armas.
Dicho sea de paso, en España estamos viendo en la dos de TVE una serie documental (los jueves, a las veintidós) sobre la IIGM (preguerra, guerra, y postguerra) que sigue al detalle la versión oficial. Puede tomarse como modelo de la misma. No es nueva o reciente, lleva algún tiempo en circulación. Es un verdadero montaje, como todos los documentales que los nuevos señores nos ofrecen al respecto; con todas las medias verdades, con todos los tópicos… Resaltando, como de costumbre, los tan ‘conocidos’ como inverificables crímenes nazis, y ocultando deliberadamente los crímenes de los aliados (los ‘buenos’) –estos, si, perfectamente documentados. Esto es lo que la gente –el pueblo, la mayoría– ‘sabe’ acerca del período nazi y la IIGM.
¿Cuántas veces la habrán proyectado o emitido; durante cuánto la proyectarán todavía? Tantas veces y tanto tiempo como lo necesiten, amigo. Es propaganda de guerra. Se trata de frustrar el nacimiento de los nacionalismos, de abortar todo conato; de impedir, antes de que nazcan, que salgan a la luz. De matar en la cuna, llegado el caso, a los recién nacidos. Lo estamos viendo en la guerra sucia que se sostiene contra todo partido nacional socialista o revolucionario, por pequeño e insignificante que éste sea –lo último, lo sucedido con Amanecer Dorado en Grecia. Basta con levantar la acusación de ‘nazismo’, y las connotaciones que tal término tiene, en la ‘neolengua’ (en el nuevo orden mundial), harán el resto: asociación de malhechores, conspiradores, racistas, causantes de la IIGM, imperialistas que pretendían conquistar toda Europa, genocidas, asesinos de masas…
Lo que la mayoría de la gente sabe y dice acerca del nazismo no tiene otro fundamento que la idea (o la imagen) que le ha proporcionado el enemigo. No buscan información más allá; son crédulos, confiados; o perezosos, indolentes; o simplemente venales. No son pocos los que están de buena fe con el enemigo, los que creen en sus ‘causas’, y las siguen: anti-fascistas, anti-nacionalistas, universalistas, altruistas, amantes de las fronteras abiertas, del mestizaje, de los derechos humanos para todos… Generalmente agrupados en asociaciones transnacionales. Resulta que lo que se le escapa al ojo del enemigo, se lo soplan estas “organizaciones (internacionales) no gubernamentales”: hacen labor policial, persiguen y denuncian, ante Cortes y Tribunales Internacionales, las infracciones –los ‘pecados’ contra la ‘ley’– en todos los rincones del planeta. Rodean, unos y otros, el mundo entero –el ojo del amo, y sus soplones (conscientes o inconscientes.)
Es lo primero que hay que aclarar. Lo primero con lo que hay que enfrentarse es con esa mentira histórica que afecta de tantas maneras a todos los europeos, y a todos los pueblos blancos en general (aunque no olvido a los japoneses, víctimas ellos también de los ‘buenos’). Nosotros, los pueblos blancos, somos los principales perdedores en esta guerra. No sólo los alemanes y sus colaboradores (los famosos “collabos” franceses, belgas…) sufrieron humillantes y horribles derrotas. La guerra contra nuestros pueblos no terminará hasta nuestra total aniquilación, o hasta nuestra definitiva victoria. Por cierto, nunca hubo postguerra. Seguimos estando en guerra.
Citando a Bardèche: “no importa lo que seamos en realidad, lo que importa es la imagen que de nosotros se ofrece”. La imagen infame que de nosotros ofrece el enemigo. Esto es lo que hay que combatir. Esa difamación. Negar esa negación, esa imagen negativa. Es un combate del que sólo saldremos victoriosos mediante la verdad. Ése es nuestro camino, el camino arya; el camino de la verdad.
A mi manera de ver, el debate no está, como precisaba Serge Thion, entre la verdad histórica y la verdad política, sino entre la verdad histórica y la mentira política (la historia que nos cuentan acerca del período nazi y la IIGM). También tenemos oposición entre la verdad científica y la mentira política (la cuestión de la inexistencia de las razas o etnias, entre otras). Con la cuestión de la raza se pretende, antes que nada, anular el poder místico, sublime, explosivo, que mostró en su momento el nacionalismo arya. Esto es un signo nada más que de su temor, el temor del enemigo a la potencia arya.
Yo añadiría a todo esto que, en lo que a nosotros concierne (nuestra cultura, nuestra historia, nuestro derecho…), la lucha se establece entre la verdad pura y simple, y la mentira política. Hasta ahora la mentira política se impone sobre la historia, la ciencia, el derecho, la economía, la psicología… La verdad, en cualquier campo, ni le importa ni le preocupa al enemigo, lo único que le importa o preocupa al enemigo es conservar la preeminencia y el poder conseguidos con tan malas artes desde la IIGM (y gracias a ella, me atrevo a decir).
El arma del enemigo es tanto más poderosa, o al menos así lo parece. Esa arma es la mentira, pura y simplemente. El señor de los medios de comunicación todos, de la información en general, diseña escrupulosamente la opinión pública por generaciones; impone de mil maneras su historia, su discurso, su fabula, su mentira. Esa batalla la tiene ganada, por ahora. Tenemos a casi toda la opinión pública de nuestros países en contra –a hombres y mujeres; a niños, jóvenes, adultos, y ancianos.
Nosotros no sólo combatimos por el conjunto de los pueblos blancos, también combatimos por la verdad. Es una guerra trascendental ésta que vivimos. Es una verdadera cruzada –la cruzada de los pueblos aryas, la cruzada de la swástica.

Somos la tropa de choque, la vanguardia de una lucha que devendrá planetaria, universal. Estamos comprometidos en una guerra que afectará a todos los pueblos –al futuro de todos. Se trata de si conservaremos o no nuestras señas de identidad biosimbólicas, de si perduraremos o no. Es un “ser o no ser” que, tarde o temprano, convocará a todos y cada uno de los diferentes grupos etno-culturales del planeta.
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Saludos y hasta la próxima,
Manu

PUBLICADO POR MANU RODRÍGUEZ EN 10:23
1 COMENTARIO:

Dagdiano15 de abril de 2014, 5:29
Querido amigo Manu, no debe cundir el desámimo, o el desasosiego en nuestras huestes. Cierto que en España somos cuatro y descoexionados, los partidarios del nacionalismo arya, del auténtico, del no contaminado por el cristianismo. En el resto de la magna europa hay muchísimos más, que desean y ponen ardor para preparar el camino a la llegada del cuarto Reich. Al final, la vieja religión, la religión de la naturaleza, la vital, prevalecerá, y ésta triada de religiones antivida, nihilistas (me refiero a las tres principales monoteistas) sucumbirán y ocuparán un espacio en el olvido, en la nada, de la que nunca debieron salir. Efectivamente, el marxismo, el socialismo materialista, campa a sus anchas en la vida cotidiana, se nos quiere presentar como la alternativa al capitalismo, al neoliberalismo, está diseñado para eso, para reportar rentabilidad a la élite mundial, en el sentido que, como ideología llevada a la práctica, es un auténtico desastre; lo vimos en las economías planificadas del pasado, URSS, China, y lo estamos víendo en la actualidad, en países como Cuba y Venezuela.A las élites les interesa la existencia de ese tipo de regímenes para que la gente vea que esa es la única y triste alternativa al neoliberalismo o capitalismo. Incluso en España lo vemos y padecemos en nuestra propia comunidad autónoma, otro nefasto invento democrático, lo de las autonomías, por cierto. Además de ser pésimos gestores, llevan lo del «internacionalismo» a sus últimas consecuencias.

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FUENTE:
http://www.larespuestadeeuropa.blogspot.com.es/2014/04/109-bagatelas-para-un-pueblo-masacrado.html
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¿Provocó Alemania la Primera Guerra Mundial? (3)

domingo, abril 06, 2014

¿Provocó Alemania la Primera Guerra Mundial? (3)

Seymour Cocks (1919).

Hemos intentado verificar la cita del Dr. Tamayo en Los demonios de Heidegger, la cual remitía al libro de Wolfgang Benz, pero no la hemos encontrado. Puestos en contacto con el Dr. Xolocotzi, coautor del libro, nos contesta el propio Dr. Tamayo. Hacemos un resumen de su respuesta. Al parecer, los documentos mencionados se encuentran entre los materiales del seminario que diera lugar al libro citado, a saber, Alemania 1815-1945. Derroteros del nacionalismo (2002), de Wolfgang Benz. Los documentos en cuestión serían unas cartas cruzadas entre diplomáticos franceses e ingleses. Dichas misivas se publicaron en 1919 en una obra de Seymour Cocks que, según Tamayo, se titularía La verdad de la guerra. Los tratados secretos (1914-1918), Torrent, 1919. Pero el dato no lo aporta Tamayo como muy seguro, sino en calidad de borroso recuerdo del seminario de Benz, aunque afirma la certeza de la información. El Dr. Tamayo se ha comprometido a verificar la cita de la segunda parte de Los demonios de Heidegger, de la cual es autor. Tamayo se interesa también por mi opinión sobre el libro Los demonios de Heidegger (2012). Reproduzco a continuación mis misivas (no las de Tamayo por una cuestión de elemental respeto a la privacidad):

Viernes, 28 de marzo de 2014. Muy estimado Sr. Tamayo: Le agradezco su pronta respuesta. Intentaré verificar esta información y aclararé a todas las personas interesadas que las fuentes de la nota no están en el propio libro de Benz, sino en los materiales del seminario. Si en algún momento se pudiera aclarar, pues, dicha fuente, le ruego que me lo haga saber, pues estoy realizando una tesis doctoral sobre Heidegger que estudia la conexión interna entre su filosofía y el fenómeno fascista en general. Como sabemos, la interpretación que los fascistas hicieron de la Primera Guerra Mundial fue decisiva para el desencadenamiento de la segunda, así que Heidegger podría haber estado influido por esa interpretación a la hora de adoptar su compromiso con el nacionalsocialismo. De ahí la importancia de determinar si, en efecto, la gran guerra fue -o no- el resultado simple del imperialismo alemán. En el caso de que los causantes hubieran sido Francia e Inglaterra, este hecho afectaría al panorama exegético -y hasta político- del siglo XX todo. Que Benz no haya citado este hecho en su libro a pesar de la importancia evidente del mismo, sólo puedo calificarlo, como poco, de sorprendente. Por este motivo, le ruego que me haga saber cualquier novedad al respecto en lo que concierne a la documentación citada. Saludos cordiales.

Sábado, 29 de marzo de 2014. Muy estimado Dr. Tamayo: En primer lugar felicitarle por «Los demonios de Heidegger», que leo con atención y, como ve, verificando las fuentes en la medida de mis fuerzas. Comparto, además, todo lo que dice en su email. Hace falta un esfuerzo para ponerse en el lugar de Heidegger y entender el compromiso con el nazismo desde su perspectiva, no desde la nuestra. El régimen nazi fue celebrado por todas las cancillerías occidentales en términos -harto dudosos- de «garantía frente al comunismo». El mismo Freud saludaba a Mussolini como a un héroe. Juzgar a Heidegger post festum es no sólo un fraude moral, sino ante todo un error teórico. Apoyo el esfuerzo que están haciendo para acotar un espacio donde no sea necesario convertirse en «fan» de Heidegger ni en antiheideggeriano de la cheká. El futuro de la filosofía se decide aquí. Si aceptamos la versión de unos, Heidegger y su pensamiento nada tuvieron que ver con el fascismo, lo que es falso. Si aceptamos la versión de los otros, hay que trasladar la obra de Heidegger a los archivos históricos de la Shoah y prohibirla en las bibliotecas de filosofía (no sea que los «chicos» se «contaminen»). Pero eso sería prohibir la filosofía misma, pues mediante el «estigma por contacto», habría que hacer mudanzas a los sótanos con la mayor parte de las obras filosóficas del siglo XX. ¿Poner el pensamiento fuera de la ley? Esto es lo que sugiere Faye, no sé si conscientemente o por mera imprudencia. Me parece una solución poco razonable y teoréticamente escandalosa. Así que nos toca pensar y «salvar los fenómenos», que no en vano ahí está la tarea del pensamiento. En insignificantes matices («la diferencia») se decide acaso lo impensado y esencial. Un saludo cordialísimo.

Tamayo, de manera un tanto imprecisa, me había remitido, como digo, a un libro de Seymour Cocks que finalmente he localizado: Una parte de la verdad de la guerra. Los tratados secretos (1914-1917): Documentos publicados por Trotsky en funciones de Comisario de Negocios extranjeros de la República Socialista de Rusia, y comentarios de la «UNION OF DEMOCRATIE[sic] CONTROL», de «THE HERALD» y del «COMITE POUR LES REPRISES DESRELATIONS INTERNATIONALES [sic]»,con un prólogo de Mariano García Cortés, Madrid, Tip. Torrent, 1919.

Queda pues verificada la existencia de la fuente y les enlazo con una entrada donde se ofrecen diversas informaciones al respecto:

http://imbratisare.blogspot.com.es/2010/10/los-tratados-secretos-y-las-verdaderas.html

A su vez este blog remite a otro:

http://labarravirtual.blogspot.com.es/2010/02/algunos-datos-sobre-la-primera-guerra.html

En una futura entrada publicaré el último e-mail que envié al Dr. Tamayo. No he recibido por ahora ninguna respuesta del filósofo y psicoanalista. A pesar de ello, continuaremos investigando el tema de las causas de la Primera Guerra Mundial.

Jaume Farrerons
La Marca Hispànica
6 de abril de 2014

DOCUMENTOS ANEXOS

https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1910s/1914-guerra.htm

http://cincodias.com/cincodias/2010/10/02/sentidos/1285986443_850215.html

http://labarravirtual.blogspot.com.es/2007/06/despus-de-la-primera-guerra-mundial.html

Publicado por ENSPO en 1:42 a. m.

3 comentarios:

Pablo dijo…
Cómo siempre excelentes textos ¿Para cuando un análisis del equipo de Filosofía Crítica sobre la situación en Ucrania?
4:17 p. m.

ENSPO dijo…
Pues realmente es un tema que nos interesa mucho y en el que hay claros intereses enfrentados, por un lado los NR de Svoboda

http://es.wikipedia.org/wiki/Svoboda_(partido)

que se dejaron la piel en la plaza Maidán, por otro el hecho bien evidente que la intervención en Ucrania ha sido instigada contra Rusia por la oligarquía occidental, que ha utilizado el patriotismo NR ucraniano para sus fines repugnantes de dominación mundial. Tomaremos posición en cuanto tengamos claro que nuestra decisión de apoyar a Rusia, y no a los nacionalistas ucranianos, puede ser comprendida por nuestros lectores.
12:25 p. m.

Las Ideas …….. dijo…
http://corredordelasideas.blogspot.com
11:11 a. m.
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FUENTE:
http://www.nacional-revolucionario.blogspot.com.es/2014/04/provoco-alemania-la-primera-guerra.html

95 fotografías de Adolf Hitler

1978833_516184438490572_1661670079_nEn esta dirección http://www.ziza.es/2008/07/10/Imagenes_ineditas_de_hitler_95_fotos.html
hemos encontrado 95 fotografias sobre los primeros años de la actividad política dedl Führer.

http://www.ziza.es/2008/07/10/Imagenes_ineditas_de_hitler_95_fotos.html