viernes, abril 04, 2008
Millones de civiles y prisioneros alemanes exterminados por los aliados
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Hemos esbozado un cálculo aproximado -que iremos perfilando poco a poco- de los alemanes, civiles o militares desarmados, que fueron víctimas de vulneraciones de los derechos humanos en la Segunda Guerra Mundial. Las cifras resultan escalofriantes, pero todavía lo es más pensar que dichas actuaciones criminales fueron perpetradas por potencias que decían luchar contra la maldad del nazismo en nombre de unos valores que la ideología fascista había vulnerado:
Más de 1.000.000 de militares alemanes desarmados murieron, por hambre, enfermedades y malos tratos, en los campos de concentración norteamericanos y franceses después de la Segunda Guerra Mundial. El comportamiento alemán con los prisioneros ingleses, norteamericanos y franceses -no así en el caso de los rusos y de los judíos- respetó empero, en todo momento y con contadas excepciones, las normas de la Convención de Ginebra.
Más de 1.500.000 de militares alemanes desarmados perecieron de la misma manera en los campos de concentración soviéticos.
De los millones de mujeres alemanas violadas, 200.000 murieron a consecuencia de la violencia sexual perpetrada por el Ejército Rojo de forma sistemática.
Unos 80.000 civiles alemanes fueron exterminados en campos de concentración de posguerra regentados por gentes como Salomón Morel.
A estas cifras hay que sumar los ciudadanos soviéticos de etnia germana, completamente ajenos al nazismo, deportados a Siberia por Stalin, así como las minorías germanohablantes en países de Europa oriental: Hungría, Rumanía y Yugoeslavia, objeto también de todo tipo de atrocidades después de la guerra. Las minorías étnicas alemanas, unos tres millones de personas, fueron, en efecto, también expulsados, pereciendo en medio de tales fechorías unos 1.300.000 civiles inocentes.
Por si fuera poco, 4 y 8 millones de alemanes murieron por inanición a partir del año 1945 como consecuencia de la deliberada política de castigo -de la cual conocemos al autor intelectual: el banquero norteamericano Henry Morgenthau- impuesta por los aliados a la nación vencida. En total, tenemos como poco 13 millones de alemanes exterminados fuera de las operaciones militares por los valientes y simpáticos cruzados del humanismo cristiano, la democracia y el socialismo que aparecen en las películas de Hollywood mascando chicle o bebiendo vodka.
Semejantes cifras pueden, empero, alcanzar hasta los 13 millones de muertos, sin contar los desplazados forzosos ya mencionados (en total, 25 millones de alemanes afectados por vulneraciones de los derechos humanos), de manera que la cantidad mínima de «seis millones» no es producto de exageración alguna, sino una estimación muy moderada y computada a la baja.
De estos alemanes nada se sabe, no se han rodado en Hollywood películas sobre el tema y sólo poco a poco empezamos a tener noticia del escándalo a través de libros e investigaciones de heroicos historiadores que son automáticamente estigmatizados por el sistema demoliberal, todo ello en nombre de la ideología antifascista, la misma que justificó este auténtico «holocausto olvidado» y que sigue vigente so pena de excomunión social en los pomposamente autodenominados países libres.
Conviene recordar que el fascismo originario, el régimen de Mussolini -el único que puede de forma rigurosa ser calificado de fascista-, no perpetró genocidio alguno, 25 son las penas de muerte que, tras un juicio en regla, se aplicaron a terroristas eslavos en los veinte años que duró la existencia del Estado fascista. Además, muchos fascistas ampararon a los judíos perseguidos por la Gestapo, pues esta etnia estaba sobrerrepresentada -respecto a su porcentaje dentro de la población total italiana- en el propio partido fascista. Pensemos que sólo la banda terrorista marxista-leninista ETA ha asesinado a más de 1000 personas inocentes por motivos racistas (la ideología de Sabino Arana), ya sea de un tiro en la nuca, ya mediante artefactos explosivos, no obstante lo cual a sus cómplicesabertzales sólo se les reclama «condenar» los atentados etarras para poder reintegrarse a la alborozada fiesta progre de la sociedad «democrática» (?) y desempeñar cargos públicos, algo que está vetado a los «fascistas», incluso cuando no hayan asesinado a nadie y por muchas condenas o matizaciones autocríticas que puedan hacer -como es nuestro caso- sobre el pasado histórico de dicha corriente política.
La filosofía no puede callar ante esta deformación monstruosa de la conciencia humana.
La Marca Hispánica, 4 de abril de 2008
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Nuestra Revolucióndijo…
Continuo leyendo los artículos.
Jaume Farreronsdijo…
NRdijo…
Los aliados masacraron a los alemanes. Es un hecho. Pero esto no exculpa o justifica el proceder nazi.
Salud.
Jaume Farreronsdijo…
Anónimo dijo…
Anónimo dijo…
Konstantín Dmítrievich Levindijo…
Jaume Farreronsdijo…
b/ para el exterminio de los alemanes del Este y las minorías Volksdeutsche, el clásico del norteamericano Zayas «Los angloamericanos y la expulsión de los alemanes», que está traducido al castellano pero en una editorial muy poco conocida, la Historia XXI, que no existe, pero aun podéis encontrar algunos ejemplares en la Casa del Libro de Barcelona.
c/ para los prisioneros alemanes en manos de americanos y franceses, el libro de James Bacque «Other losses» (otras pérdidas, no traducido).
d/ para los víctimas de las hambrunas planificadas, el otro libro de Bacque, «Crimes and mercies», que habla sobre el plan Morgenthau y sus efectos, no traducido.
e/ para los prisioneros alemanes en manos de los rusos, «El libro negro del comunismo», de Stephane Courtois.
Tengo testigos directos, alemanes familiares míos, que hablan de esterilizaciones en masa, hambrunas, desapariciones en los campos de soldados prisioneros, en fin, una auténtica masacre, EL MAYOR GENOCIDIO DE LA HISTORIA.
Por favor, si conocéis más fuentes serias que se puedan aportar a esta campaña de denuncia y reflexión sobre la verdad que ha sido negada u ocultada, hacédmelo saber.
Existe un libro de un periodista americano que hablaba sobre las represalias de los judíos sobre prisioneros alemanes: «Ojo por ojo: la historia no contada de la venganzqa judía sobre los alemanes en 1945», fuente: Washington Post, 15 de febrero de 1995, se destruyeron 6000 ejemplares que iba a publicar la editorial alemana Piper, pero no sé quién es el autor porque mi fuente no lo cita con nombre y apellidos.
Saludos.
Sargento Porqueríadijo…